domingo, 28 de junio de 2015

EL LIBRO DE LA PAZ INTERIOR. Pinturas y mensajes de Sor Isabel Guerra



Puede consultar disponibilidad en el correo:  

librerialibropasion@gmail.com

     Isabel Guerra, conocida como "la pintora de la luz ", es la persecución serena, silente, enamorada y tenaz de la luminosidad donde la luz adquiere un valor añadido de símbolo religioso. En el claustro cisterciense donde reside da forma a la belleza de lo cotidiano, a la vida sencilla, al equilibrio de la armonía, al instante infinito y al resplandor de la vida. Sus descubrimientos los plasma en páginas de lino y madera, en un gesto inocente, ilusionado y tierno, queriendo alargar la esperanza para todos. En cada pincelada de luz encuentra el silencio de la vida y del hombre. El suyo es un mensaje universal, que irradia ternura y alegría, belleza y amor.



               
ISBN 9788493469146 - 11,95 €

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   En El libro de la paz interior, la autora asocia con especial ternura sus obras artísticas con meditaciones personales que despiertan la conciencia de la dignidad y su apertura interior hacia el mundo, hacia los demás, hacia Dios y nos lleva al encuentro de la realidad de las cosas, de las personas y de los paisajes. Un libro original, valiente y conmovedor, lúcido y sereno, dirigido a todos los que necesitan evocar la belleza de lo sencillo en contraposición al mundanal ruido, con la profunda armonía, compromiso y fe que transmite.

                                 
  
                                      El protagonismo lo adquieren muchachas jóvenes e inocentes

                  
     Isabel Guerra Peñamaría (Madrid, 30 de abril de 1947) procede de familia acomodada y culta donde le depara ser hija única. A sus doce primaveras comenzó a pintar de forma autodidacta y expuso por primera vez a la edad de la niña bonita en la sala Toisón de Madrid. En su juventud pasaba largas jornadas estudiando a los grandes maestros en el Museo del Prado, acudía a multitud de exposiciones y se ilustraba consultando libros de arte. El 12 de noviembre de 1970, a los 23 años, ingresa en el convento cisterciense del monasterio de Santa Lucía en Zaragoza. Es miembro honorífico de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis y de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.


   En El libro de la paz interior. Pinturas y mensajes, Isabel comenta 48 de sus pinturas y ha sido reimpreso diez veces.


La hermana es como si pintara a su alter ego




   “Este libro recoge mis pinturas y mis pensamientos reflejados en forma de oración serena. La conjunción de ambos pretende acercarnos a la Belleza y a la Luz. El símbolo de la luz está presente en el lenguaje religioso universal”.
             





     












   "El dibujo es el que enseña a saber estar ante la emoción del día a día de una vida consagrada a la admiración por todo lo que existe..."  
   "Si escuchamos hoy la voz de la Belleza en nuestro entorno cotidiano, abramos el corazón a su eterna primavera. De ella brota la esperanza de los hombres".


     Todas sus pinturas son realistas con predominio de la técnica del claroscuro, donde se aprecia influencias del maestro Velázquez e hiperrealistas de fina precisión similar a la de Antonio López, pero donde se muestra una lírica cercana a la teología mística cristiana. 


   Sus lienzos impresionan por su depurada técnica y la acertada composición donde parece capturar instantáneas fotográficas. Podemos apreciar su dominio de la luz a la manera de la mejor escuela de los maestros holandeses y una acertada veladura que, a modo del sfumato de Leonardo da Vinci, aplica en alguno de sus cuadros. 



Se decanta a bodegones sencillos

   Aborda ante todo el retrato, principalmente femenino, y el bodegón para describir momentos cotidianos en el trabajo de personas humildes o campesinas en actitud reflexiva, su sueño o el de niñas, dándose una especial importancia a la luz. Así se cumple en su obra el lema benedictino de "ora et labora", reza y trabaja. Sus títulos evocan pasajes bíblicos; también cultiva el tema más estrictamente religioso de la historia sagrada. 




   Su pintura, muy cotizada, ha sido vista en más de veinte exposiciones individuales y otras tantas colectivas desde 1960. En el año 2000, en La lonja de Zaragoza, una retrospectiva suya de 78 óleos y dibujos, una parte mínima de su abundante producción, fue visitada por más de 120.000 personas.


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             Si quieres contemplar más pinturas de Isabel Guerra pincha 

                         El asombro de la vida






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