Destino, 2017 |
Lorenzo Silva en Recordarán tu nombre desarrolla un relato novelado, de ficción pero no fabulado, que el autor vincula a la biografía de sus abuelos Manuel y Lorenzo de los que conoce su memoria histórica gracias a las mujeres de su familia: madre y tía. Ambos fueron uniformados también, -uno en la policía, subordinado de Aranguren, y otro en el ejército, a las órdenes de Goded en Marruecos-; ninguno de ellos se sumó a la rebelión militar. Además, Silva recurre a testigos, documentos y ha contado con la inestimable colaboración de la familia del general.
Lorenzo Silva recibió la distinción como Guardia Civil honorario por su defensa de la imagen del cuerpo armado. La benemérita protagoniza la serie de catorce títulos del teniente Bevilacqua y la brigada Chamorro; además, del ensayo sobre el cuerpo en Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil.
La guardia civil se funda en 1844, reinado de Isabel II, para la defensa de la seguridad nacional, manteniendo unos primeros escarceos con los carlistas. Atendían la vigilancia de bienes ante el pillaje, el tránsito por los caminos y la prevención ante los malhechores, en sustitución de la Santa Hermandad que cosechó la mala fama de llegar siempre tarde y de ahí el dicho "a donde vas mangas verdes", en referencia a su uniformidad.
Hemos generalizado el titulo de nuestro post respecto del de la obra de Silva pues queremos extender el imperativo de no olvidar a aquellos militares que, al igual que Aranguren, cumplieron con el deber. Dos coroneles, tres tenientes coroneles y comandantes de la guardia civil fueron exterminados en Cataluña. Debemos recordar a Batet, Núñez de Prado y Sebastián Pozas Perea, inspector general de la guardia civil y ministro de la gobernación del primer gobierno de la República en la guerra.
La madrugada del 19 de julio se declaraba en Burgos el Estado de Guerra, con la irrupción de las tropas por las calles, igual que sucediera en Vitoria, Valladolid y Pamplona. La mayor parte del ejército secundó el golpe de Estado, aunque para conseguir su propósito los sublevados tuvieron que derrocar al general Domingo Batet Mestres, máximo jefe de la VI División en Burgos, fiel a la República, fusilado el 18-2-1937, a quien le impusieron una sanción económica desorbitada de cinco millones de pesetas. Contaba con el apoyo del teniente coronel Arturo Herrero Company. También fue apresado el General Julio Mena Zueco, que sustituía a Gonzalo González de Lara al mando de la 11.ª brigada de infantería ante las fundadas sospechas de que iba a ser uno de los incitadores a la rebelión golpista.
Las órdenes de los sublevados fueron dirigidas por el coronel Fernando Moreno Calderón, Jefe de Estado Mayor e integrante de la Junta de Defensa Nacional, quien tuvo que lidiar otro duro enfrentamiento para reducir al mando de la Guardia Civil, el coronel Luis Villena Ramos, sin embargo, el teniente coronel Eduardo Dasca García, jefe de la comandancia de la provincia, desobedeciendo las órdenes de su superior, no entregó las armas que reclamaban los milicianos del Frente Popular ante el levantamiento militar; el capitán Enrique Marín Valenzuela y el brigada Andrés Arranz Iglesias fueron asesinados el 9 de agosto de 1936 (José Luis Cervero, Los rojos de la Guardia Civil. La esfera de los libros).
El caudillo estaba molesto por el posicionamiento de gran parte de los miembros beneméritos en la sublevación y tubo intención de disolver el cuerpo. Fue el teniente general Camilo Alonso Vega, nombrado director de la Guardia Civil entre 1943 y 1955 el encargado de la remilitarización, eligiendo a sus mandos entre los oficiales del ejercito que establecieron una disciplina ideológica derechista. Una de las funciones primordiales encomendadas fue la de aniquilar a los maquis.
En la novela se recogen documentos y hechos acaecidos en la contienda entre los que caben citar que en su origen se encuentra la necesidad del Cuerpo Nacional al servicio del Estado y no del cacique local. Entre los artículos de la Cartilla del Guardia civil originarios y que aún perduran se encuentran el sometimiento a la autoridad civil, el respeto a los ciudadanos y que debe ser prudente y "político sin bajeza".
Apuntaremos que procedemos de una tradicional familia de hijos del cuerpo y nuestros abuelos sostenían la consigna de que los guardias civiles no podían manifestar tendencias políticas por tener que servir al gobierno y este se mostraba cambiante.
Retomando a Aranguren, en su momento el oficial pudo haberse exiliado y su mujer le recordaba que si Franco había fusilado a su primo Ricardo de la Puente Bahamonde con quien jugaba de pequeño, cómo iba a perdonarle a él, pero el general no consideraba que hubiera motivos para que le fusilaran pues intentó salvar a Goded, eludiendo firmar su sentencia de muerte, lo que le enfrentó con Azaña; intercedió para que otros militares no fueran asesinados. El consejo de guerra que condenó a muerte a Aranguren no argumentó pruebas y firmaron una sentencia injusta.
Según Heliodoro Rolando de Tella, Franco dio la orden: "A Aranguren, que lo fusilen aunque sea atado a la camilla", ejecución que le practicaron sentado en una silla porque el mando había sufrido un accidente. El 21 de abril de 1939, una vez finalizada la Guerra Civil, le ejecutaron.
Retomando a Aranguren, en su momento el oficial pudo haberse exiliado y su mujer le recordaba que si Franco había fusilado a su primo Ricardo de la Puente Bahamonde con quien jugaba de pequeño, cómo iba a perdonarle a él, pero el general no consideraba que hubiera motivos para que le fusilaran pues intentó salvar a Goded, eludiendo firmar su sentencia de muerte, lo que le enfrentó con Azaña; intercedió para que otros militares no fueran asesinados. El consejo de guerra que condenó a muerte a Aranguren no argumentó pruebas y firmaron una sentencia injusta.
Según Heliodoro Rolando de Tella, Franco dio la orden: "A Aranguren, que lo fusilen aunque sea atado a la camilla", ejecución que le practicaron sentado en una silla porque el mando había sufrido un accidente. El 21 de abril de 1939, una vez finalizada la Guerra Civil, le ejecutaron.
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