¿Se puede extraer de las vanguardias históricas, y antes todavía, de algunos momentos de la cultura del siglo XVIII y del siglo XIX, un proyecto positivo que vuelque la angustia en que se debate el hombre contemporáneo, en su intento por dominar su proprio ambiente? Esto es lo que se pregunta Manfredo Tafuri en este libro que parte de Piranesi y llega hasta la arquitectura de los años setenta del siglo pasado.
No será un bloque histórico compacto, un monolito unitario, el que se someterá a análisis: Tafuri se propone romper en fragmentos lo que se reconoce en el término de vanguardia y construir con cada uno de ellos una arqueología. Ya a mitad del siglo XVIII el leguaje de Piranesi se articula en modos que, instaurando la ética de la transgresión, anticipan lo que será el proyecto de la vanguardia.
O.E. Bieber. Concurso construcción, Colonia 1925 |
En el núcleo central del libro, por ello, se confrontan entre sí los tres máximos sistemas: la Unión Soviética al inicio del Primer Plan Quinquenal, la metrópoli norteamericana en vísperas del New Deal, la Sozial-politik de la Alemania de Weimar.
Muy ilustrado con figuras intercaladas en el texto y 365 fotos en pliegos de papel satinado fuera de texto.
Puedes acceder a la introducción del libro pinchando:
Te proponemos una cita del autor:
"Sabemos que las sociedades han tenido necesidad de representaciones, pero éstas no siempre se han visto satisfechas del mismo modo, no siempre han sido descritas, arquitecturizadas, dibujadas, pintadas. Muy a menudo las representaciones están escondidas dentro de más prácticas y forman un substrato común a todos los individuos: el código intersubjetivo de una sociedad o de un grupo social. Podemos entenderlos como lentes no necesariamente deformantes a través de las cuales se ve la realidad. Un ejemplo simple lo proporciona La flagelación de Cristo de Piero della Francesca, algo demostrado por Panofsky, vale decir, que la perspectiva artificial con un solo punto de fuga no es para nada una representación objetiva de lo real, sino una representación construida. Pero en el cuadro de Piero yo quería demostrarles además que no se trata apenas de una representación racional, matemática del espacio, como dice Panofsky, sino que se trata de una representación matemática racional de la historia, que la racionalidad clásica se dispone sobre una línea, del mismo modo en que sólo una línea se dispone sobre un plano, porque sólo una línea y un plano se pueden poner en perspectiva".
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