Quién dijo que el Circo era tan sólo para la Navidad. Tiene cabida para cualquier periodo estival y pervivirá en el recuerdo de todos los asistentes al espectáculo, pese a que no atraviese por sus mejores momentos.
Los payasos de la tele en pantalla grande |
La función de hoy la empezaremos con Cien años de Circo en España con la Historia del circo y atención especial a los carteles anunciadores de las compañías más importantes. Seguidamente, las Memorias de dos cómicos importantes: Pobre payaso del clown Charlie Rivel; y las de Emilio Aragón (Miliki). Cerraremos el programa con dos obras narrativas: la novela de Miliki Mientras duermen los murciélagos que tiene como protagonistas a los artistas cirquenses huyendo de la Alemania nazi; y Gary Jennkins, autor de Azteca y El viajero, con otra de sus grandes obras, otra gran novela Histórica que es Lentejuelas.
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El Circo surgió en la Antigüedad a partir de la preparación de los soldados para la guerra. Roma es quien denomina Circo tanto al espectáculo como al escenario de las atracciones. En la Edad Media se sigue desarrollando la atracción de feria pero fue en Inglaterra, en el siglo XVIII, cuando surgió el circo ambulante exhibido en la carpa, tal y como lo conocemos hoy en día.
En España el Circo Price de Madrid deambulaba de manera itinerante con su compañía de artistas internacionales rivalizando con las del circo Americano, el Ruso, Chino, francés. Figuras nacionales son la trapecista Pinito del Oro, Premio Nacional 1990, y el cabaret de Margarita Chen.
Desde el otro lado del Atlántico procedía el espectáculo de un americano que intervino en la guerra de secesión, a quien le atribuyen haber matado 4.200 bisontes para abastecer de carne a los constructores del ferrocarril y contribuir al exterminio de indios chellennes y sioux, entre ellos Mano Amarilla para vengar al general Caster. Se llamaba William Frederick Cody pero es conocido como Buffalo Bill´s Wild West. En 1900, cuando contaba cincuenta y cuatro años, aproximó la vida del Far West a Europa y actuó en Madrid y Barcelona, entre otras ciudades. Una exhibición de cabalgadas bajo la lona, ejercicios de puntería, habilidades con el lazo, los aullidos de los pieles rojas y la presentación de Toro Sentado.
En la posguerra no todos estaban para circo aunque también servía para evadirse de la triste realidad |
Los populares payasos Tonetti en el Circo Atlas |
Cada uno muestra sus predilecciones siendo muy difícil que nos decantemos tan sólo por cuando disfrutamos por igual de los acróbatas, los malabaristas, los trapecistas..., y nos sorprendemos con la magia del circo que hace desaparecer en medio de la carpa a una bella muchacha y en su lugar ruge una bestia felina. Los niños, de los que siempre guardamos algo, esperamos las travesuras de los payasos que continuamente aparecen entre el público para dilatar la espera mientras se prepara otro número del espectáculo más grande del mundo.
El circo, al igual que el cine, estira el guión para crear más tensión en el espectador, ofreciendo paulatinamente muestras palpables del riesgo que se corre ante el peligro del número. El trapecista falla intencionadamente para mostrar la dificultad que encierra el ejercicio y que seamos conscientes de que la caída es posible. El público contiene la respiración y se lleva la mano a la boca como para contener el grito hasta que, finalmente, una vez superado el salto se desatan los aplausos merecidos por el "más difícil todavía".
Del autor de las greguerías |
Todos a sus puestos.
¡Que continúe la función!
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