VIAJAR A TRAVÉS DEL TIEMPO SE HA CONVERTIDO EN UN CLÁSICO DE LA IMAGINACIÓN. PODER CAMBIAR EL CURSO DE LA HISTORIA AL CONOCER, SIN DÉJÀ VU, LO QUE VA A SUCEDER. ALGO QUE SUCEDE EN EXITOSAS SERIES COMO
EL MINISTERIO DEL TIEMPO
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Quién no se ha visto tentado a vivir una aventura en su época histórica preferida bien sea de la Antigüedad, Edad Media, en época Moderna o Contemporánea. A todas ellas viaja El anacronópete, en un relato repleto de aventura, amor y celos y, sobre todo, con mucho sentido del humor
Además de los clásicos conocidos encontramos precedentes en la literatura donde se puede rastrear el viaje en el tiempo como en el exempla XI de El Conde Lucanor. En el siglo XIX con la Ilustración y el conocimiento es cuando más se promueve el viaje al pasado. Cuento de Navidad de Charles Dickens (1843). Un cuento de las Montañas Escabrosas (1844) de Edgar Allan Poe, Lumen de Camille Framarion, El anacronópete (1887) de Enrique Lucio Eugenio Gaspar y Rimbau, que resulta ser una novela de ciencia ficción que se adelanta a H. G. Wells en la creación de La máquina del tiempo (1895). El ruido de un trueno de Ray Bradbury y Las voces del tiempo de J. G. Ballard.
La ilustración sangra, rompe, la caja de la viñeta |
El anacronópete editada en 1887 en Barcelona por Daniel Cortezo y Cª, con ilustrado por Francesc Gómez Soler ha sido publicada por Círculo de Lectores (2000) y esa misma edición por Minotauro (2005), de la que nos valemos.
El anacronópete,en formato de zarzuela, es la primera novela en la que se inventa una máquina para viajar en el tiempo: el anacronópete, artefacto presentado en la expsición universal de París, en junio de 1878, se trata de una caja enorme de hierro fundido, navega gracias a la electricidad, que mueve cuatro grandes cucharas mecánicas para desplazarse, además de otra maquinaria que incluye la producción del «fluido García», que hace que los pasajeros no rejuvenezcan cuando viajan hacia atrás en el tiempo. La máquina también incluye toda clase de comodidades en su interior y, entre otras maravillas, escobas que barren solas.
Capitulares e ilustraciones a toda página |
La máquina sirve de excusa para una historia en tres actos en los que don Sindulfo García, científico de Zaragoza e inventor del ingenio, su amigo y ayudante Benjamín, la sobrina y pupila Clarita, la sirvienta, el capitán Luis, unos húsares y mujeres francesas de vida alegre se desplazan en el tiempo.
En el primer acto salen de París, de la Exposición Universal y viajan hasta la batalla de Tetuán en 1860. Acaban por regresar a París el día anterior de su salida, donde desembarcan unas señoritas francesas rejuvenecidas.
En el segundo acto se vuelve de nuevo a viajar hacia el pasado, parándose en diversos momentos históricos como Granada en 1492, o Rávena en el 690 para avituallamiento. Acaban en la China del siglo III donde sufren diversas aventuras. Los personajes evolucionan, con Benjamín obsesionado por la vida eterna, don Sindulfo loco de celos por Clarita que se encuentra enamorada del capitán Luis.
Viaje de la Antigüedad: los últimos días de Pompeya
En el tercer acto, con una parada en el último día de la Pompeya del Vesubio en el año 79, llegan al siglo XXX a. C., los tiempos de Noé y el Diluvio Universal. Allí descubren el secreto de la vida eterna.
La obra se inserta dentro del espíritu de la época, en la que las obras de Julio Verne tenían mucho éxito. Con seguridad está influenciada por Camille Flammarion y su historia Lumen. El anacronópete, escrita en 1881, es anterior a L'historioscope de Eugène Mouton, por lo que no pudo haber sido influido por ella.
Por su trabajo de cónsul Gaspar viajó al China, donde discurre otra de sus aventuras |
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