"Mi meta: no copies jamás. Crea un estilo nuevo, colores claros y luminosos, y trata de descubrir la elegancia en tus modelos"
Tamara de Lempicka
Tamara De Lempicka se constituyó como una figura dentro de la burguesía acomodada en la belle epoque y una pintora relevante del movimiento artístico Art déco. En el libro se recopilan testimonios reales, narrados en primera persona, páginas emotivas del diario de la gobernadora del poeta Gabriele d´Annunzio y documentos escritos de éste con los que se recompone la vida de la artista con el flirteo y apreciadas amistades.
Tamara de Lempicka
Gabriele D’Annunzio y otros
Franco María Ricci,
Milán, 1988, de la edición italiana de 1977
Tela editorial ilustrada, con estuche
ENCUADERNADO EN SEDA "ORIENTAL"
157 pp., 23 x 35 cm..,
abundantes láminas.
Papel con cierta textura, tipo verjurado,
hecho a mano expresamente para la edición
Texto en español
Colección Los signos del hombre, 9
CONTENIDOS:
TAMARA EN EL VITTORIALE del DIARIO DE AÉLIS MAZOYER
MENSAJES entre TAMARA DE LEMPICKA y GABRIELE D'ANNUNZIO
LA CHINA COMO DICCIONARIO, de GIANNI GUADALUPI y GIULIO STOCCHI (EDS.)
ISBN: 8821660192
LÁMINAS EN COLOR
CONTROL DE CALIDAD
TIRADA LIMITADA DE 5000 EJEMPLARES
Su nombre era Tamara Rosalía Gurwik-Górska. Sus dos primeros años de vida transcurrirían en Moscú donde se cree que nace pese a que en su partida de nacimiento figure Polonia, país natal de su madre. No se sabe muy bien si el padre, rico judío ruso, se suicidó o como manifiesta en la biografía la propia artista se divorció de su madre.
Tras este suceso, la familia regresa a Varsovia donde la familia materna pertenece a la aristocracia polaca por lo que durante su infancia y adolescencia se favorece la educación académica y artística de Tamara. En el invierno de 1911 emprende junto a su abuela un viaje por Italia: Roma, Florencia, Venecia, Montecarlo, entre otros lugares, visitando los museos que la motiva hacia una gran pasión por el arte renacentista que influirá en su obra.
En 1912, se muda a San Petersburgo con su tía Stefa, una mujer acomodada en la sociedad rusa. Cuando su madre vuelve a casarse decide independizarse. Conoce al abogado polaco Tadeusz Łempicki con quien hace lo propio a los 18 años, llevando una vida lujosa hasta el estallido de la revolución de octubre de 1917.
Se establecieron en París en 1918, donde nació su única hija María a la que llama cariñosamente Kizette. Allí, se relacionó con personas asociadas al movimiento llamado Art Deco. Tomó clases de pintura con Maurice Denis en la Académie Ranson y con André Lhote en la Académie de la Grande Chaumière, quien particularmente influiría en Lempicka en la aceptación del papel decorativo de la pintura, y también su intento de fusionar elementos de abstracción cubista y la interrupción de la perspectiva convencional con la tradición figurativa y clásica. Su estilo se considera cubismo suave, donde combina tradición y modernismo.
Las primeras pinturas de Tamara de Lempicka fueron sobre la vida de su hija Kizette, así como varios retratos de sus vecinos. Vende sus primeras pinturas y expone, cobrando cierta popularidad a partir de 1922, cuando firmaba con nombre masculino: "Lempitzki".
Su éxito comenzó en 1925 con la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas, que más tarde dio su nombre al estilo art déco. Expuso sus pinturas en dos de los principales lugares, el Salon des Tuileries y el Salon des femmes peintres. Sus cuadros fueron vistos por periodistas estadounidenses del Harper's Bazaar y otras revistas de moda, que la dieron a conocer. En el mismo año, tuvo su primera exposición importante en Milán, organizada para ella por el conde Emmanuele Castelbarco. De Lempicka pintó 28 obras en medio año, cuando cada retrato le tomaba cerca de tres semanas de trabajo.
Muchas de sus obras eran desnudos, aunque De Lempicka fue mordaz con las obras de Picasso, tomo algunas influencias para estos temas, especialmente Desnudo sentado (1923). También tuvo en cuenta durante esta etapa artística la influencia de Cocteau, generando así unas pinturas en las cuales trataba de englobar lo moderno, lo ilustrativo y lo comercial en sus obras de finales de los años 20. En 1927, De Lempicka gana el premio de la Exposición Internacional de Burdeos por su retrato de Kizette en el balcón.
Este cuadro no se encuentra en el libro
En 1929 se divorcia de Tadeusz y conoce al barón húngaro Raoul Kuffner de Diószegh (1886-1961), un coleccionista de su obra de quien se convirtió en su amante. En ese mismo año, Lempicka pinta Autorretrato en Bugatti verde, para la portada de la revista de moda alemana Die Dame. Se muestra al volante en un retrato de gran belleza, independencia, riqueza e inaccesibilidad por su frialdad en los tonos y el gesto distante. Tamara rememora a la bailarina estadounidense Isadora Duncan, quien murió estrangulada en 1927 cuando su chal se enredó en la rueda trasera de su automóvil. Con este cuadro De Lempicka expresa el auge de las industrias mecanizadas y el coche como símbolo de la emancipación y el empoderamiento de la mujer.
Aunque gozó de gran éxito artístico también recibiría duras críticas por su puesta en escena cursi hasta ser considerada como lasciva y de estética homoerótica. Se refleja en su obra su conducta bisexual, apreciándose muy buena comunicación entre mujeres.
La carrera de Lempicka alcanzó su punto máximo durante la década de los años 30. En 1932, viaja a España y pintó retratos del rey Alfonso XIII y la reina Isabel de Grecia. Los museos comenzaron a coleccionar sus obras.
El barón Kuffner enviudó y De Lempicka se casó con él en 1934. Estaba alarmada por el ascenso de los nazis y convenció a su esposo para trasladar su patrimonio a Suiza. En el invierno de 1939, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Lempicka y el barón Kuffner huyeron a los Estados Unidos. Las Galerías organizaron exhibiciones de su trabajo pero no obtuvieron el éxito esperado.
En los años de la posguerra, continuó una vida social frenética, pero tenía menos comisiones para los retratos de la sociedad. Su estilo art deco se había quedado anticuado en el período del modernismo y el expresionismo abstracto. Amplia su temática incluyendo bodegones, y en 1960 comenzó a pintar obras abstractas y a usar una espátula en lugar del pincel. Reelabora piezas anteriores en su nuevo estilo. La nítida y directa Amethyste (1946) se convirtió en La chica rosa y difusa con guitarra (1963). Tuvo una exposición en la Galería Ror Volmar en París (1961), sin el éxito precedente.
El barón Kuffner murió en noviembre de 1961 y en 1963, Lempicka se muda a Houston para estar con Kizette y se retira de su vida como artista profesional. Continuó repintando sus trabajos como su conocido Autorretrato en un Bugatti verde (1929) entre 1974 y 1979. El interés por el art déco volvió a surgir a finales de la década de los 1960. Su trabajo se expuso en París, en 1972, cosechando buenas críticas.
Dejó la vida social y, en 1974, se marcha a Cuernavaca, México, a donde acude Kizette para cuidarla. De Lempicka murió en 1980. Siguiendo sus deseos, sus cenizas fueron esparcidas sobre el volcán Popocatépetl.
La obra que presentamos no fue del gusto de la artista que distanció sus relaciones con el editor. A base de fragmentos del diario de Aélis Mazoyer, gobernanta del literato Gabriel D´Annunzio en su extravagante residencia Il Vittoriale, cerca de Milán. La mano derecha y persona de confianza del escritor, que había sido a su vez amante del poeta desvela historias de desencuentros y seducciones durante la estancia de Tamara. Detalles escabrosos y grotescos. La argucia de D´Annunzio partió del encargo de un retrato como pretexto para aproximarse a la pintora pero en los años 20 la diva encontraba al escritor muy viejo para ella.
Ricci salpica esta nouvelle con facsímiles de las notas autógrafas que se intercambiaban Gabriel y Tamara con recados caprichosos, muchas de veces de una a otra habitación.
Uno de los apartados que destacan la calidad de la edición del libro editado por Franco María Ricci son los apuntes escritos del poeta Gabriel d´Annunzio, reviviendo los tiempos glamourosos vividos por la artista cuando flirtea entre la clase aristocrática.
La producción de la artista se centra en retratos femeninos y en desnudos. Siguiendo la tendencia de la pintura art decó, pintaba mujeres etéreas, con ropajes flotantes y dedos largos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras. Sus influencias principales son Botticelli, Bronzino, el retrato manierista en general y el Cubismo sin llegar al arte abstracto. Curiosamente, Lempicka empleaba este eclecticismo o fusión de estilos antiguos para representar temas actuales, donde las figuras lucen ropajes y peinados de moda.
Su cubismo estaba lejos del de Pablo Picasso o Georges Braque. Para ella, Picasso "encarnaba la novedad de la destrucción". Lempicka combinó este suave cubismo con un estilo neoclásico, inspirado por Ingres, particularmente en su famoso Baño turco, con sus desnudos exagerados llenando el lienzo, como se percibe en Belle Rafaëlla.
La técnica de Lempicka, siguiendo a Ingres, era limpia, precisa y elegante, pero al mismo tiempo cargada de sensualidad. Los elementos cubistas de sus pinturas generalmente se encuentran en las edificaciones que construyen el paisaje de fondo. Las texturas suaves de la piel y los tejidos igualmente lisos y luminosos de la ropa fueron los elementos dominantes en sus pinturas. Las líneas son precisas y afiladas en rasgos sensuales marcando el corte de los planos en los músculos y pómulos, así como los pechos femeninos constituidos a base de conos muy apuntados.
Aunque sus obras más populares son desnudos, retrató a su hija Kizette, especialmente y a los aristócratas. Los desnudos son generalmente femeninos, ya sea representados solos o en grupos; Adán y Eva (1931) presenta uno de sus pocos desnudos masculinos. A mediados de la década de los treinta, cuando sus retratos art decó pasaron de moda y padece una crisis mística, combinada con una profunda recesión económica, provocó un cambio y comenzó a pintar menos temas frívolos en el mismo estilo. Pintó varias Madonnas y mujeres con turbante de inspiración renacentista, así como temas tristes como La Madre Superiora (1935), creación por la que mostró gran devoción.
Lempicka presentó elementos del surrealismo en pinturas como Mano Surrealista (1947) y en algunos de sus bodegones, como La llave (1946). Entre 1953 y principios de la década de 1960, Lempicka pintó abstracciones que tienen una similitud estilística con el purismo de la década de 1920. Sus últimos trabajos, pintados en tonos cálidos con una espátula, generalmente han sido considerados los menos exitosos.
La obra de Tamara de Lempicka se caracteriza por los colores brillantes y por los contrastes de luces y sombras. Su paleta de colores es fuerte e intensa, reducida a una selección de colores definidos y puros.
Respecto a la temática, Tamara de Lempicka presenta en sus pinturas damas elegantes, refinadas, frías e inalcanzables. Representación de figuras femeninas aunque también realizará una amplia variedad de retratos de la burguesía, así como temática floral en el último periodo de su vida.En su obra Tamara de Lempicka supo combinar la modernidad. Representa modelos que visten a la última entre signos característicos del periodo que le tocó vivir. Nos ofrece frecuentemente la representación de mujeres hermosas, frías, eróticas y con un halo melancólico. En realidad parece querer manifestar y defender un modelo de mujer más libre que el que estaba impuesto en su época. Buena parte de su obra, es un grito a la emancipación de la mujer, representa mujeres fuertes, libres, eróticas y ágiles frente a la mujer dependiente y frágil. Probablemente la libertad que muestra en su obra fuera un reflejo de su vida privada, pues se sospecha que mantenía relaciones con hombres y mujeres. Estos escándalos ocasionaron el divorcio de su primer marido.
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