Editorial: ARTES Y CIENCIAS VISUALES, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y MOMA.
Plaza de edición: Madrid, 2003
Idioma: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
Nº de páginas: 304 pp.
Dimensiones: 28 x 25,5
ISBN: 9788496130005
ISBN: 8480261900
Traductor: MARINA RUIZ, ADOLFO GÓMEZ CEDILLO
ÍNDICE
Prefacio. Glenn Lowry 6
Declaración del donante. Harvey S Shipley Miller 7
Cuestiones de arte/cuestiones de libros: una visión general. Deborah Wye 10
Un juego en el infierno, trabajo duro en el cielo: deconstruyendo el canon en los libros futuristas rusos. Nina Gurianova 24
Primitivismo en el diseño de libros futuristas rusos 1910-14. Jared Ceniza 33
Kruchenykh contra Gutenberg. Gerardo Janecek 41
Diseño de libro constructivista: moldeando la conciencia proletaria. margit rowell 50
Apartados:
UNA BOFETADA EN LA CARA DEL GUSTO PÚBLICO 1910-24
POETAS Y PINTORES FUTURISTAS 62
EL TEMA DE LA GUERRA 94
UNA REVOLUCIÓN DE LA PALABRA IMPRESA 106
VARIACIONES VERNACULARES Y JUDAICA 130
¡TRANSFORMA EL MUNDO! 1916-33
SUPREMATISMO Y LA VISIÓN NO OBJETIVA 146
IMAGENES POPULARES REVOLUCIONARIAS 158
LIBROS PARA NIÑOS 166
DISEÑO GRÁFICO CONSTRUCTIVISTA 180
FOTOGRAFÍA Y FOTOMONTAJE 208
CONSTRUYENDO EL SOCIALISMO 1924-34
ARQUITECTURA E INDUSTRIA 222
LA FOTOGRAFÍA AL SERVICIO DE LA PROPAGANDA 234
PUBLICACIONES NO OFICIALES 246
Lista de verificación 249
Bibliografía Seleccionada 285
Índice 290
Agradecimientos 301
Fideicomisarios del Museo de Arte Moderno 303
Procedente del MoMA de Nueva York, la exposición se centra en los años inmediatamente anteriores e inmediatamente posteriores a la Revolución Soviética. Años durante los cuales numerosos artistas, primero futuristas, y luego adscritos a las distintas facciones constructivistas, recurrieron al libro -y a la revista- como soporte fundamental de sus Investigaciones plásticas, y también, de 1917 en adelante, de una intensa actividad propagandista en pro de la mencionada revolución. Dividida en varias secciones, la muestra está integrada por fondos del propio museo neoyorquino.
El libro ruso de vanguardia 1910-1934 reúne trescientos cincuenta libros futuristas y constructivistas que, ya fuera con fines literarios o propagandísticos, revolucionaron a principios del siglo XX el mundo de la edición.
Entre 1910 y 1934, época del florecer de las vanguardias en Rusia, donde se recogen los movimientos artísticos predominantes en Europa occidental, como el Cubismo francés, el Futurismo italiano, el Expresionismo alemán y el Neoplasticismo holandés. Al tiempo, se conjugan con movimientos propios como el Cubofuturismo, el Constructivismo y el Suprematismo. En este momento, artistas, poetas, arquitectos, novelistas, fotógrafos, escenógrafos y dramaturgos se unen para realizar creaciones clave para el arte del siglo XX.
Tres grandes secciones tituladas “Una bofetada al gusto público 1910-24”, “¡Transformad el mundo! 1916-33” y “Construyendo el socialismo 1924-34”. Estas secciones abarcan las primeras manifestaciones vanguardistas, las exigencias propagandísticas del realismo socialista en la dictadura estalinista y la Revolución de 1917 y sus repercusiones.
Los artistas rusos no están ajenos a las renovaciones literarias de Stéphane Mallarmé y Guillaume Apollinaire en Francia, de Filippo Tommaso Marinetti en Italia o del Dadá en Suiza y Alemania. A todo ello suman su tradición de pintura en iconos, la pintura caligráfica y los lubki o xilografías populares. La experimentación con la identidad gráfica de las letras produce lo que se denomina zaum, una forma de poética abstracta cuya traducción puede ser “más allá” o “fuera de”. De esta manera, los libros rusos rompen con las normas habituales de producción. Su aspecto artesanal, los elementos innovadores como la impresión de textos manuscritos, la estampación con sellos de caucho o patata, las ilustraciones en los márgenes que dialogan con los textos, la fusión de imágenes, el empleo del collage, las técnicas aditivas y los trazos pictóricos constituyen una completa revolución en el concepto de libro.
Aleksandr Ródchenko, El Lissitzky o Varvara Stepanova aplican el Constructivismo en la experimentación visual con las cubiertas de los libros. Las asociaciones entre el pintor Mikhail Larionov y el poeta Aleksei Kruchenykh y de este con su pareja, la pintora Olga Rozanova o la colaboración entre Rodchenko y Vladimir Mayakovsky producen algunos de los volúmenes presentes en esta exposición, acompañado de un exhaustivo catálogo, que se convierte en referencia bibliográfica fundamental en español sobre este tema.
Los 350 libros rusos editados entre 1910 y 1934, están seleccionados entre los más de mil volúmenes que la Judith Rothschild Foundation ha donado el pasado año al Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York. Entre ellos se incluyen los hectografiados (la mayor colección del mundo), libros infantiles, libros en yidish, libros de artista, junto a publicaciones gráficas, literarias, especializadas, o propagandísticas. Algunos de ellos son extremadamente raros, debido a las circunstancias en las que se crearon (revolución rusa y guerra civil) y a la persecución posterior de la vanguardia por el estalinismo.
Las primeras décadas del siglo xx representan un periodo de fermento creativo cuyas repercusiones pueden sentirse en nuestros días. En Rusia, a partir de la década de 1910, una serie de poetas y artistas de vanguardia produjeron un revolucionario conjunto de obras de gran influencia en el movimiento moderno, unas obras sin parangón en el resto del mundo. Artistas como Goncharova, Mikhail Larionov, Olga Rozanova y Kazimir Malevich revitalizaron la imagen visual al tiempo que sus compañeros poetas reinventaban la palabra escrita. Uno de los frutos de esta colaboración sería un nuevo tipo de libro de artista. Estos pequeños volúmenes, en su mayoría elaborados e impresos de manera artesanal, son únicos en los anales de la historia artística y literaria. Un temprano manifiesto, Una bofetada al gusto del público (1912).
Tras la Revolución de 1917, los artistas intentaron adaptar su vocabulario formal a la nueva sociedad, creyendo que podían desempeñar un importante papel en el cumplimiento de sus objetivos. Los anteriores estilos cubofuturista, rayonista y neoprimitivista dieron paso al suprematismo, dado a conocer por Kazimir Malevich en 1915 y basado en una visión utópica y un lenguaje formal puramente no objetivo.
¡Transformad el mundo!, ilustra sobre cómo el suprematismo y, en particular, el constructivismo (una filosofía y una estética fundamentalmente utilitarias) transformaron el diseño gráfico soviético. Inspirándose en los principios de claridad y orden, los artistas crearon cubiertas y diseños de interiores en los que combinaban elementos gráficos de vivos colores con una imaginativa tipografía.
El Lissitzky y Alexander Rodchenko figuran entre los mejores representantes de este estilo, y colaboraron con poetas revolucionarios de la talla de Vladimir Mayakovsky. Sin embargo, el estado soviético pronto consideró estas metáforas abstractas demasiado esotéricas para un público proletario, y fueron reemplazadas por diseños de base fotográfica, considerados más eficaces a la hora de transmitir la realidad de la vida soviética.
A finales de los años veinte e inicios de los treinta, los principios del diseño constructivista se extendieron a todo tipo de publicaciones, desde las revistas de arquitectura a los catálogos comerciales y los informes del gobierno. Tal como se ilustra en la última parte de esta exposición, titulada Construyendo el socialismo, estas manifestaciones gráficas muestran un creciente empleo del fotomontaje al servicio de la propaganda.
Sobre todo Gustav Klutsis, pero también Lissitzky y Rodchenko, desarrollaron un estilo “de agitación” en libros y revistas de tiradas masivas. A medida que aumentaban los controles sobre la expresión artística, los artistas se vieron obligados a cultivar temáticas que ensalzaban los logros soviéticos, dirigidas tanto al público nacional como extranjero. Finalmente, en 1934, Stalin decretó que sólo el realismo socialista, con su glorificación emotiva de los objetivos soviéticos, podía ser tolerado en las artes. Se cerraba abruptamente, de este modo, un periodo fundamental de la producción de vanguardia, iniciado en 1910 con una audaz afirmación de libertad creativa.
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