viernes, 12 de mayo de 2023

LA BATALLA DEL JARAMA. FEBRERO DE 1937, EL INFIERNO EN MADRID DURANTE LA GUERRA CIVIL. JESÚS GONZÁLEZ DE MIGUEL




Editorial: LA ESFERA DE LOS LIBROS

MADRID, 2009

Idioma: CASTELLANO

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

Páginas: 768 pp. +24 pp., pliego central sin numerar, fuera de texto con fotos en b-n.

Ancho: 16 cm x Alto: 24 cm.

ISBN: 9788497347938

P.V.P. 56,00 €


Índice

   El 6 de febrero de 1937, antes del amanecer, se abrían las puertas del infierno en los alrededores del río Jarama. Durante más de un mes las tropas sublevadas y las tropas de la república jugaron un cruento juego de posiciones en el que participaron españoles, moros, brigadistas, rusos, italianos y alemanes. Una batalla que recordaba -por las trincheras embarradas por la lluvia y la sangre de los soldados- las imágenes más cruentas de la Primera Guerra Mundial, pero que también anunciaba las nuevas técnicas bélicas -carros de combate y aviones modernos- de la guerra global que se avecinaba.

Desplazamiento de hombres en las batallas

 'Los hombres han aprendido a protegerse de los disparos enemigos utilizando todos los obstáculos naturales() La lucha es en tal forma dura y despiadada que no se puede tomar a la ligera. Después de un violento cruce de fuego de todas las armas, se avanza, se retrocede, se huye de una inesperada lluvia de plomo, se aprovecha cualquier vacilación del enemigo para regresar a las posiciones abandonadas. Después, se producen nuevos ataques y contraataques, nuevos repliegues y avances. Es un juego mortal que se repite seis, ocho, diez veces en un mismo día, en diversos puntos del frente, durante días y días de combates encarnizados'.

Luigi Longo, inspector general de las Brigadas Internacionales

Fotos de sus protagonistas

    Jesús González de Miguel nos transporta al horror de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil española -casi 50.000 bajas en un mes- por medio de los testimonios de los soldados, de ambos bandos, que combatieron por conquistar o por defender Madrid.


    El campo de batalla del Jarama se convirtió en un queso de gruyer, lleno de trincheras alrededor de un fortín de mando en un bunker antibombas y unas cuevas horadadas en la montaña por donde operaban el general Vicente Rojo, el comandante Enrique Líster y el general soviético Pavlov, al mando de las brigadas internacionales con el batallón Garibaldi. Un pequeño aeródromo ocultaba a dos pares de aviones de combate que cubrían de lonas ante el ataque enemigo, mientras, la base se encontraba en el Campo del Ángel de Alcalá de Henares. Los testimonios de los protagonistas son de humanidad y compañerismo con respeto de género entre los combatientes. Una de las protagonistas de excepción fue la miliciana Rosario Sánchez Mora, La Dinamitera inmortalizada en un poema de Miguel Hernández, que perdió una mano en la preparación de explosivos:



Rosario, dinamitera,
sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera.
Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.

Era tu mano derecha,
capaz de fundir leones,
la flor de las municiones
y el anhelo de la mecha.
Rosario, buena cosecha,
alta como un campanario,
sembrabas al adversario
de dinamita furiosa
y era tu mano una rosa
enfurecida, Rosario.

Buitrago ha sido testigo
de la condición de rayo
de las hazañas que callo
y de la mano que digo.
¡Bien conoció el enemigo
la mano de esta doncella,
que hoy no es mano porque de ella,
que ni un solo dedo agita,
se prendó la dinamita
y la convirtió en estrella!

Rosario, dinamitera,
puedes ser varón y eres
la nata de las mujeres
la espuma de la trinchera.


Como toda batalla ante un río defensivo su elemento estratégico fue el puente sobre el río Jarama.



«Red River Valley» conocida en el folklore irlandés por otros muchos nombres, es una canción popular con letra que por supuesto nada tenía que ver con un himno de guerra, se trataba de una canción melódica con ese toque de nostalgia de la música irlandesa. Esta primitiva versión es la que canta el Tom Joad en Las Uvas de la Ira de John Ford (no olvidemos la ascendencia irlandesa del director de cine, ni el interesante año en el que fue realizada 1939):

Come step by my side if you love me,
do not hasten to bid me «adieu»,
but remember the red river valley
and the boy who has loved you so true.

(Ven ponte a mi lado si quieres,
no te des prisa en decirme adiós,
pero recuerda el valle del río rojo
y al chico que te quería tanto.

   En el caso de Red River Valley y su transformación en Jarama Valley, es el mismo de muchas otras canciones de folklore hispano (El Vito convertida en El Quinto Regimiento, El café de Chinitas en En la plaza de mi pueblo, Los cuatro muleros en Coplas a la defensa de Madrid, etc.) a las que se les puso letra relacionada con la contienda, mientras ésta tuvo lugar.

   A finales de 1936 la XIV Brigada había sufrido un fuerte revés en Córdoba contra las tropas de Queipo de Llano; el 27 y 28 de Diciembre en Lopera (Jaén) decidieron contraatacar, lo que resultó todo un desastre. Entre los supervivientes de la XIV Brigada Internacional había un grupo irlandés de 67 hombres que estaban bajo el mando de Frank Ryan (que había participado en la revolución de 1918 y era miembro del IRA). Estos habían sido incluidos dentro del batallón británico «Saklatvala" que se estaba creando de las cenizas de Lopera, lo cual era motivo de disputas entre estos 67 hombres que estaban realmente divididos frente al tema. Ryan cansado de la polémica determinó que cada voluntario era libre para seguir con los ingleses o entrar a formar parte del Batallón Abraham Lincoln que también estaba en vías de creación. Así nació la Compañía irlandesa "James Connoly" que dentro del Batallón Lincoln se incorporó a la XV Brigada Internacional y entró en combate en el Valle del Jarama el 13 de Noviembre de 1937.

   La batalla fue de una extremada dureza y las bajas no fueron precisamente pocas. Los muchos escritores que había entre los brigadistas dedicaron poemas y pasajes de libros a esta batalla. Muchos de ellos se encontraron entre las ropas de los caídos. Fue a partir de la batalla cuando el ayudante del comisario del Batallón Abraham Lincoln, el irlandés Alex Mac Dade, natural de Glasgow, puso letra a la canción tradicional «Red River Valley» que no tardó en convertirse en el himno de toda la brigada -pese a hacer referencia al batallón americano-, yl texto traducido venía a decir esto:

Hay un valle en España llamado Jarama
un lugar que conocemos muy bien,
ya que en él desperdiciamos nuestra juventud
y la mayor parte de nuestra vejez, también.
Dicen que van a sacarnos de este valle,
pero no os apresuréis en decirnos adiós,
puesto que aunque nos marchemos,
nuestra ausencia será muy breve.

¡Oh! Estamos orgullosos de nuestro batallón Lincoln
hemos batido la marca de resistencia.
Os pedimos un pequeño favor,
el que difundáis esto por la brigada:

«No os encontraréis a gusto entre desconocidos,
ellos no os comprenderán como nosotros.
Así pues acordáos del valle del Jarama
y de los viejos que pacientemente os esperan.




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