JUAN DE PALAFOX

       Juan de Palafox, obispo y virrey de Nueva España, aborda planteamientos políticos y se manifiesta como benefactor y protector de los indígenas lo que se advierte de sus actuaciones en Puebla de los Ángeles, donde mejora la economía, ofrece una disposición de agua para los más necesitados; y con su obra Virtud de los indios, a los que facilita la enseñanza en su propia lengua. Su enfrentamiento con los Jesuitas por el dominio sobre las parroquias en el Nuevo Mundo, así como por querer imponerlas diezmos para retribuir a los sacerdotes, enemistad que dificultó la obtención de su canonización. Con la destitución de su valido el Duque de Olivares le destierran al obispado de Burgo de Osma. 
 Indagaremos en asuntos enigmáticos que conforman la hagiografía de quien fuera beatificado en 2011.

                  Venido al mundo el día de San Juan en el primer año del siglo XVII y de no ser por su Ángel de la Guarda, así lo considera en Vida interior, su primer día en este mundo pudo ser también el último pues tal cual Moisés, con él se comparara, su madre pretendió abandonarle a la suerte de las aguas del Alhama.

                 Su madre marchó a Baños de Fitero, un pequeño pueblo de Navarra, para dar a luz y librarse del niño. El guardián de los baños Pedro Navarro descubre la intención de la criada cuando se mostraba dispuesta a arrojar el niño al río y recogió a la criatura. El muchacho creció así en una familia humilde ignorando su verdadero origen aristocrático hasta que a sus nueve primaveras Jaime de Palafox, señor de Ariza, le reconoce por hijo suyo. El marqués le facilita estudios en las universidades de Huesca, Alcalá de Henares, Salamanca y Sigüenza. 

Vida interior, donde viene a recoger una autobiografía

                  El venerable prelado admite ser ilegítimo aunque nos oculta en todo momento algo que conoce, la identidad de su madre: Ana de Casanate y Espés, viuda de noble. En su lugar, nos hace creer que es hijo bastardo de Lucrecia de Mendoza. Lucrecia, nombre de su hermana, fue en la antigüedad una mujer forzada por el rey Tarquinio; y Mendoza, noble familia castellana, como posible acrónimo que se transcribe como Mater Est Nomen Discalceatorum Ordinis Çesareagustae Ana, que viene a significar: Nuestra madre es Ana de Zaragoza, monja de la Orden de los Descalzos", en honor a su madre que se ordenaría por arrepentimiento carmelita y donde llega a ser ordenada priora. Un juego de palabras que no debe extrañarnos pues el prelado era dado a las metáforas y tendencia al barroco.

Retrato zodiacal del venerable Palafox, del tomo V.

                  El obispo quiso publicar su obra en Indias (1642), en su edición príncipe con grabados que facilitaran la comprensión de su lectura pero no encontró profesionales adecuados. Tuvo que esperar a 1762 para que pudiera cumplirse su sueño de ver su obra estampada.

              En la península, sus obras son ilustradas con figuras que muestran visiones de su obra. Para dar comienzo al libro V de las Excelencias de San Pedro encontramos una capitular D con una mujer sedante ataviada con casco y coraza y portando la espada y la balanza, atributos de la alegoría a la Justicia, agregando una rama de olivo alusiva a la paz o valores de Atenea, como la sabiduría o la prudencia.

      El inicio de Camino Real de la Cruz Philotea comienza con una E acompañada de una figura femenina con una cruz y una palma, en relación con el título y el significado del triunfo que se alcanza si se sigue la cruz de Cristo.

     Para las primeras líneas del Varón de Deseos, y bajo una elegante cabecera, obra de Jerónimo Antonio Gil, orlando a la letra G, se representa una mujer que mira a un corazón traspasado y sostiene en sus manos una corona de espinas y un ancla.

      La letra inicial de sus Cartas de Santa Teresa y motivo repetido en sus Dictámenes espirituales, morales y políticos se ilustran con la figura de un anciano pastor cuidando a su rebaño. A sus feligreses les llamaba ovejas de las que se consideraba su pastor, oficio que ejerció en su niñez.

Cartas de Santa Teresa, Zaragoza 1658

                Palafox es una persona muy culta que reúne una gran biblioteca en Indias con libros bastante trabajados en notas. Lee, escribe historia y traduce clásicos como a Séneca. Se convierte en editor de las Cartas de Santa Teresa de Jesús, orden y personaje con los que se identifica plenamente.

414 pp. 17,5 x 24,5 cm. 

                  
                    En 1938, cuando fallece su madre, el prelado nos da cuenta de haber podido tener visiones sobrenaturales cuando encontrándose enfermo cree haber visto a una hermana carmelita barriendo con una escoba a sus detractores. El prelado vive en absoluta austeridad: salvo los domingos ayuna todos los días, practica la abstinencia de comer carne, elude dormir en cama y minimiza su vestuario.

                 Por sus biógrafos, que tienen acceso a la documentación del archivo de la Diocesos de Osma, conocemos detalles de sus hábitos proporcionados por el libro de nuestro tatarabuelo el maestro de Hacinas (Burgos, perteneciente a la diócesis de Oxmense hasta 1955), transcribiendo obras de libros en posesión de familiares canónigos:

...ayunaba tres días en la semana; y los miércoles y sábados por la noche daba de cenar a doce pobres y los lavaba los pies y daba un real a cada uno... El cuarto del mayordomo era como una lonja donde habría prevenido todo lo necesario para vestir a los pobres pues fue tal su caridad que a todos los socorría así a chicos como a grandes.

Libro de nuestro tatarabuelo, Maestro en Hacinas (Burgos)

   Mandó el que luego que muriera le abrieran el pecho y sacasen el corazón y en en el metiesen una tarjeta de plata que tenía hecha, donde estaban esculpidos los nombres de Jesús, María. y José, y S. Juan Bautista, san Pedro y S. Juan evangelista, lo que se ejecutó como él lo ordeno. Acabado de recibir el viático pidió que le trajesen la cabeza de San Pedro de Osma, y apenas se la llevaron cuando abrazándose con ella le dijo: "Mi señor, mi padre, mi patrono ¿cuándo merced yo esta merced? ¿Cuándo esta visita? venid mi padre y recibid esta santa Iglesia que pongo debajo de vuestro amparo para que vuestros aciertos enmienden mi yerros". 

   Con él unido, este varón anisiento (sic) mandó pusiesen al santo en un altar que tenía dispuesto cerca de su cama donde todos los días le dijo misa hasta que dio su alma a Dios; el día 27 de septiembre le dieron la extrema unción. El día 29 se repartió todos sus vestidos, reliquias y alhajas entre sus criados.

                 Juan de Palafox fallece de fiebres cuaternarias (malaria) en el hospital de Burgo de Osma. En 1666 su cuerpo se encontraba incorrupto. En 1694 se reúnen 185 cartas postulatorias que atestiguan la fama de santidad y los milagros de Palafox. Por diversas vicisitudes así como por el veto de los jesuitas no consigue que le canonicen.


                El milagro admitido por el Vaticano para su beatificación se cuenta la condición de poderes prestados por sus reliquias como el que se produjo en Fuentemolinos (Soria), en noviembre de 1766, donde el párroco había sido desahuciado por los médicos tras 40 días de lucha contra una probable tuberculosis, incurable en aquella época. Según relata el postulador de la Causa, el padre Moriones, el cura “había hecho su testamento y recibido los últimos sacramentos y se había despedido de sus parroquianos cuando su sobrino, también sacerdote y vicario parroquial, le trajo una reliquia de Palafox”. El enfermo la recibió, se encomendó y se quedó dormido mientras los síntomas de la enfermedad que lo tenían insomne desde hacía semanas desaparecieron instantáneamente y, al cabo de cuatro horas, se encontraba perfectamente.