jueves, 7 de febrero de 2019

EN LA CIUDAD LÍQUIDA DE MARTA REBÓN


DERIVAS, INTERIORES Y EXILIOS

           
                           
Caballo de Troya, 2018. ISBN 97884151846 - 19,85€
                                                


Hotel Matisse, desde donde pintaba el artista




              Bajo este título difícil de interpretar a priori, al igual que resulta complejo clasificar esta obra
, fluyen las vivencias de la autora que por su vocación de traductora se muestra proclive al viaje. Marta Rebón se zambulle desde su Barcelona natal a Cerdeña, Ecuador, Tánger, Oporto y emerge en San Petersburgo que con sus canales será la ciudad más líquida. La obra discurre entre libros y autores en un cóctel de sensaciones literarias y de vida que son un viaje en sí. En lo descrito nos recuerda el estilo de ciertos trabajos de Antonio Muñoz Molina.

     

  
"La ciudad [San Petersburgo], en lugar de emerger de las aguas, parecía un barco a la deriva a punto de hundirse en el Nevá. Arrojados al capitalismo sin un manual de instrucciones, quienes un día fueron leningradenses, parecían cautivos en una jaula dorada hecha de una profusión de fachadas barrocas, neoclásicas, modernistas y estilo imperio."
                
Los fantasmas de San Petersburgo por la devaluación y restricciones tras la extinguida URSS

                         

              Empecemos por los principios, Marta termina su carrera y envía un currículum a la editorial Anagrama para la traducción de obras de los Países del Eslavos, lengua en la que se encuentra especializada, mientras, interpreta para catálogos, trabajaba de azafata, camarera y go-go en Barcelona hasta que Gonzalo Herralde le ofrece escoger entre sus propias propuestas de Serguéi Dovlatov con La maleta y Liudmila Ulítskaya, por quien finalmente 
se decanta, y toma: ¡tres tazas!. 



                                 
Pasternak contempla cómo nieva

     
La autora nos habla del tópico del homo viator, el hombre viajero que siente la necesidad de escribir. La parte principal que aglutina la obra son los libros, los densos autores rusos como los clásicos Tolstói, Dostoievski y el poeta ruso Borís Pasternak, que tuvo que renunciar al premio Nobel, de quien Rebón ha traducido su tierna novela Doctor Zhivago. Las literaturas eslavas se caracterizaron en el siglo XX por la censura y los autores por el exilio, como el moscovita Yuri Dombrovski; sufrir el Archipielago Gulag de Solzhenitsin; padecer la Nostalgia de Tarkovsky; y el trabajo exhaustivo de Mijaíl Bulgákov para El maestro y margarita...





                Fernando Pessoa reparó en que no se puede leer todo y la autora recomienda La muerte de Ivan Ilich, de León Tolstói y Vida y destino de Vasili Grossman, de la que ella se encargó de la versión al español, lejos de hacerse autopromoción es una obra aclamada por crítica y público. El canon obliga a elegir y se decanta hacia Italo Calvino con Las ciudades invisibles. Rebón hace una metáfora de su trabajo de traducción al que compara con el buceo entre el fluido amniótico de las palabras que hay que interpretar. En la ciudad líquida.

       


En la ciudad  líquida de San Petersburgo, la Venecia del Norte, se reflejan en las aguas destellos dorados al igual que en las cúpulas de los palacios


                   El libro se salpica con ilustraciones que nos ayudan en esta inmersión literaria. La autora parece narrar páginas de su diario sin impudicia, para que veamos los efectos hipnóticos que provocan los lugares ajenos, como padeció Paul Bowles en El Cielo Protector, y, también, incorpora versos que nos hablan de la ciudad líquida en Oporto, y cuando nos viene a decir que las aguas transportan las almas de los autores que bañan las transitadas calles de San Petersburgo... Metafísica poética.   



                     
Biblioteca Nacional de San Petersburgo


          Marta Rebón conoce de libros y sabe relatar. Muchos escritores como Fernando Pessoa y Javier Marías saltaron desde el trampolín de la traducción a la producción narrativa. Rebón en estos momentos prepara la que será su primera novela.                                             






             Caballo de Trolla es un sello editorial del grupo Penguin Randhom House que promueve a jóvenes creadores. Cuenta con la particularidad de que cada año concede la selección de las publicaciones a un director distinto que se diferencian por el color de las tapas. El trabajo de Marta Rebón va en la serie de encuadernación en azul cuando la responsabilidad estaba a cargo de Lara Moreno, Mercedes Cebrián lo fue el año pasado y 2019 lo compartirán Luna Miguel y su compañero Antonio J. Rodríguez.








         Recomendamos una entrada a nuestro blog de viajes y el referente que hemos encontrado con la obra de Marta Rebón: 


ESTAMBUL: CIUDAD Y RECUERDOS, de Orhan Pamuk









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