martes, 12 de marzo de 2019

PAUL STRAND & CIA - FOTOGRAFÍA AMERICANA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX

       PREMIO PHOTOESPAÑA 2009 AL MEJOR LIBRO DE FOTOGRAFÍA DEL AÑO



                                
Paul Strand. Calle 42 , Nueva York 1915.


EN EL PRINCIPIO FUE MANHATTAN

                Paul Strand  titula así el corto en el que reproduce las calles de su ciudad, y alterna allí esos versos emocionados del propio Whitman en su Procesión en Brodway: 

Cuando Manhattan con sus millones de pies desciende por las aceras y se desborda/ cuando los cañones abrumadores me despiertan con los bramidos orgullosos que yo amo/ Cuando Brodway se entrega por entero a los que caminan y a los que están parados, cuando la multitud es más densa/ cuando se hace el requerimiento, cuando llega la respuesta que se ha demorado durante miles de años/ también yo me yergo, respondo, desciendo por las aceras, me confundo con la multitud y contemplo con ella”.


Fundación Pedro Barrié de la Maza,  2008 - Texto de Rafael Llano  
Tapa dura, 598 pp., 22,7 x 29 cm 
ISBN 9788495892690 - Con CD -  Bilingüe español e inglés 


              Catálogo monográfico sobre Paul Strand con el que se suple la ausencia total de publicaciones sobre el fotógrafo en nuestro país. Reproduce las 114 fotografías de la exposición Paul Strand.  


                      
Paul Strand



          
Alfred Stieglitz, dos torres Nueva York, 1911







         Retrospectiva 1915-1976 e incluye un ensayo ilustrado con obras no sólo de Paul Strand, sino también de otros importantes fotógrafos americanos: Alfred Stieglitz, Lewis Hine, Clarence White, Dorothea Lange, Walker Evans, Behn Shahn, Arthur Rothstein, Mathew Brady y Alexander Gardner.



                            



Lewis Hine. Mercado de Jewis Quarter. Nueva York, 1917 

              
Alfred Stieglitz, La terminal, Nueva York 1983



                                      
Mecánica de cámara audiovisual


     Los fotógrafos llevarían la iniciativa en la creación de nuevos lenguajes artísticos en América. Por ejemplo, la pintura en la que se formaron. Strand la hace 
precisionista, basada en el detalle extremo, en la representación de temas urbanos e industriales —máquinas, rascacielos, puentes— sigue fielmente las pautas de la fotografía directa —Straight photography— de las imágenes directas, sin trucos; desarrollada en los años previos a la Gran Guerra.  Presenta formas mecánicas muertas en apariencias vivas y una poética de las formas naturales. 


1944

1951





















Paul Strand. La cosecha de fruta





1930
   


    Paul Strand aporta la vanguardia fotográfica. Publica en las primeras revistas fotográficas como Life y Look. Con aportaciones a la fotografía como arte, al cine documental y a la fotografía cinematográfica. No es casualidad que Strand firme con el pintor —y también fotógrafo— Richard Sheeler el cortometraje Manhattan (1921), que se adelanta a los trabajos urbanos de Djiga Vertov o Walter Ruttmann.


                
Las ruinas del "cementerio del tiempo" parado. Mosela (Moselle)Francia, 1950



Bull. El toro americano 1954



La cabeza para portar libros
 y no vasijas de agua

   



   El libro muestra todos los periodos de su carrera: desde las primeras fotografías con cámara cándida que realizó a comienzos del siglo veinte a los habitantes de Nueva York, a pie de calle, cuando aún era un discípulo aventajado de Stieglitz, hasta los proyectos mexicanos realizados durante el rodaje de la película Redes, las fotografías íntimas de su esposa Rebeca, el proyecto italiano realizado con Zavatini que luego apareció bajo el título de “Mio Paese” y otras series menos conocidas como la realizadas en el continente africano.

                         

           
   
     
           
Sicilia convertida en un pueblo fantasma




Pablo Picasso 1956
                                                




   En el retrato Strand se revela como un auténtico pionero. Con el "paisaje" de ciudad llegó a formular los principios según los cuales se debía representar el fotoperiodismo, con el retrato muestra un giro en su creencia de que el rostro representado debe ser una supuración de lo representado, en la línea de los trabajos de otros coetáneos como Dorothea Lange o Lewis Hine, aunque Strand va más allá todavía y el retrato debe representar el áurea moral de su protagonista, mostrar sus aficiones, insinuar los secretos y sus deseos.

                  
Jean Paul Sartre 1956




                   A  Strand le sucedieron Weegee, Avedon, Arbus, Klein...





   Imprescindible para todo amante de la fotografía, no refleja solo la obra de Paul Strand sino que la enmarca y relaciona con el resto de fotógrafos de la época, los cuales por si mismos dan para muchos libros.




    Recomendamos pinchar la entrada a nuestro blog del fotoperiodista:

ELLIOTT ERWITT, EL FOTÓGRAFO QUE SE RÍE HASTA DE SU SOMBRA






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GRACIAS POR APASIONARTE CON LOS LIBROS