viernes, 13 de marzo de 2020

GÉNESIS por SEBASTIÂO SALGADO

EN HOMENAJE AL DÍA MUNDIAL DE LA NATURALEZA Y DEL MEDIO AMBIENTE

   Agua, fuego, tierra, luz. Los cuatro elementos combinados en la creación del mundo pueden ofrecer variables muy diversas, pero a los ojos de Sebastião Salgado se multiplican y se salen de la norma porque, si bien el creador lo dejó claro, los peces también vuelan. 245 imágenes del Génesis según Salgado, para un trabajo que ha llevado al fotógrafo brasileño ocho años recorriendo el planeta en busca del paraíso.             


TASCHEN BENEDIKT, 2019
Tapa dura, 520 pp. -
24,5 x 35,5 cm
ISBN: 9783836542609
                      
                     
La producción forma parte de una exposición de Obra Social La Caixa.
Presentación en Alcalá de Henares en 2019

                          
La combinación natural que parece contener los cuatro elementos de la creación 

     Para ello ha caminado, ha logrado extraer energías milenarias de rutas como la que une Lalibela y el parque de Simien, en Etiopía. 

                       
Mujeres africanas luciendo sus mejores joyas


    En total, 850 kilómetros a pie en tres meses. “El viaje de mi vida”, confiesa. Una odisea para la que reunió a un equipo de 15 personas y 18 burros de carga en los que transportaban los víveres y el material. “Así pude experimentar lo que se relata en el Antiguo Testamento, cómo viajaba la gente entonces, como vivía”.

                        

            Lo hacían por senderos marcados por la huella del hombre desde hace más de 5.000 años y que se conservan intactos, como las costumbres. 
                   
Mujeres indígenas en descanso junto a hombres tumbados en las amacas

     Se levantaban cada mañana a eso de las cinco de la madrugada y emprendían trayectos de unos 30 kilómetros en 10 o 12 horas. Sin planes demasiado inflexibles. Su mujer, Leila, se unió a ellos en el único cruce de caminos al que se pudo acercar desde Adís Abeba en coche y les acompañó 350 kilómetros después andando.
                           
                        
El elefante en las tinieblas

     Así es como Sebastião Salgado ha querido retratar las raíces que nos apegan a la Tierra, a través de entornos por donde sigue pateando el elefante, protegido por cuevas y rutas desde las que observaba la marea luminosa que mutaba los bosques y la arena de los desiertos, la erosión serpenteante de los cauces.
                      
Pez volando por aire que huye ante un ave emergida del agua

            Donde no existen casas más allá del techo que ofrecen los árboles; donde las mujeres, sin mediar palabra, lavan los pies del forastero y el pecho de las madres está a disposición del hambre de sus hijos.                   

En la aldea africana se prosigue con los rituales de la tribu
                             
         Donde mana la vida en su orden salvaje, con su ley aclimatada al necesario pacto del equilibrio que en el resto de los lugares vamos perdiendo.
                  
La mirada de Salgado parece omnisciente para mostrar la creación divina 

            Para ello tubo que subir cimas de 4.200 metros, vagando entre los surcos del agua, penetrando en la foresta y a expensas de la desnudez del desierto para captar lo que ha captado. “También es una vuelta a mis orígenes, a mi infancia en Brasil, cuando realizaba largos trayectos a pie, junto a mi padre, transportando ganado, y las distancias eran relativas”.

El pastoreo africano parece más de sacrificio que nutritiva
        
       Salgado también ha experimentado un viaje interior, sintiéndose al aire libre. Las mutantes leyes del universo se manifiestan en él. “No creo que exista un orden establecido, pero sí una evolución común y natural entre lo mineral, lo animal y lo vegetal, una interacción”.
                
Entrada a la derretida fortaleza de hielo glacial

            Especies animales y volcanes de las Galápagos; los pingüinos, leones marinos, cormoranes y ballenas del Antártico y el Atlántico Sur; los caimanes yacaré y los jaguares de Brasil; los leones, leopardos y elefantes africanos; la tribu de los zo’e, aislada en lo más profundo de la selva amazónica; la neolítica etnia korowai de Papúa Occidental; los nómadas ganaderos dinka en Sudán; los trashumantes nenets y sus manadas de renos en el Círculo Polar Ártico. 
                   
Morsas e iguanas conviven en un decorado rocoso

     Las comunidades selváticas de los mentawai en las islas al oeste de Sumatra; los icebergs del Antártico; los volcanes de África Central y de la península de Kamchatka; los desiertos saharianos; los ríos amazónicos Negro y Yuruá; las gargantas del Gran Cañón; los glaciares de Alaska... y mucho más. Es un error pensar que el resultado de estas fotos las podríamos hacer cualquiera que hiciéramos el esfuerzo de encontrarnos en estos lugares. La técnica de exposición por zonas, la riqueza de contrastes -el autor trabaja con el material de la marca más prestigiosa- y la percepción de lo que se quiere mostrar llevan la firma de uno de los mejores fotógrafos. 

                       
Las morsas nos guían a la reserva del pingüinario 

         Habiendo dedicado tanto tiempo, energía y pasión en la creación de la belleza en este trabajo, Salgado equipara GÉNESIS con lo que él describe como «mi carta de amor a la Tierra».
                        
Pintura con gema a los diosa de la fertilidad con criatura incluida

            A diferencia de la edición limitada de coleccionista, concebida como un porfolio de gran formato que avanza en zigzag por la Tierra, la edición comercial agrupa geográficamente una selección de fotografías en cinco capítulos: Zona meridional del planeta, Santuarios, África, Zona septentrional del planeta, Amazonia y Pantanal. Pese a nutrirse de la misma fuente, uno y otro libro (ambos editados y diseñados por Lélia Wanick Salgado) difieren en sus planteamientos.
                             
El paraíso puede ser esta isla desierta con vegetación arbórea


         Un homenaje al triunfal e inigualable proyecto GÉNESIS de Salgado que nos recuerda «Alrededor del 46 % de la Tierra permanece en el estado en el que se hallaba en la época del Génesis. Debemos conservar lo existente
                     
El vuelo veloz de un Sebastião salvador Gaviota


          El viaje en el espacio, en el tiempo y hacia el interior de uno mismo.
                 

        

  Recomiendo pinchar a la entrada a la mirada de Joaquín Araújo se parece a la de Salgado, sin ser tan espiritual se recrea en los vivos colores de la naturaleza:               

BOSQUES DEL MUNDO



La otra entrada del autor en nuestro blog: 

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