En nuestra historia, León no está contento con su melena y prefiere el pelaje elegante de Leopardo, que añora un cuello laaargo como el de Jirafa, ésta pretende ser bajita como Cebra que está cansada de las r/a/y/a/s y quiere tener la piel de Elefante, que está ¡HARRRTOOO! de que se metan con él llamándole "OrejOtas" y quisiera tenerlas pequeñas como Rinoceronte, que prefiere un pelo como el de León. Todos los animales deciden cambiar, menos Serpiente, que se muestra ojiplática observándolos, pese a que nadie quiera ser como ella. El resto de animales modifican su aspecto para desterrar sus complejos.
Guardas del libro con variantes de las animaladas por querer ser distinto |
El resultado no puede ser otro que situaciones disparatadas, poco compatibles con cada uno, para vivir una historia dinámica y muy divertida donde los animales les toca morder el polvo y sentir encima de sus carnes los toques de atención que les da la Naturaleza por rebelarse a ella, representada en las fantásticas ilustraciones de Silvina Eduardo que resultan desternillantes.
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Partiendo de las fábulas clásicas y después de que Kipling humanizara a los animales en El libro de la selva nos mostramos familiarizados con que ellos personifiquen nuestros sentimientos. Entendemos que los seres vivos, aunque no manifiestan expresiones faciales, puedan comportarse como los humanos. Si mostráis dudas preguntar al dueño de un perro o un gato y os dirán que hablan a su manera y en algunas ocasiones se entienden mutuamente. Apreciaremos cómo los niños tienen mayor habilidad para identificarse con ellos.
Los libros se constituyen como una estupenda herramienta para trabajar las emociones y los sentimientos de los niños. Historias que se asemejan a la realidad que viven. Así, junto al libro se pueden adquirir unidades didácticas que a través del juego trabajan la inteligencia emocional.
La autoestima es un pilar fundamental en los infantes que los educadores deben potenciar, desterrando etiquetas y en su lugar favorecer la diversidad para que los niños aprendan a quererse tal y como son y superar sus complejos. Aceptar las diferencias es necesario y enriquecedor porque no serían rápidos de no existir los opuestos. La diversidad en la tolerancia. León, pese a ser el rey de la selva, se cansa mucho y necesitará tumbarse a reposar para recuperar energía para su próxima carrera, mientras que Gacela, siendo hábil y constante, podrá escapar de él por lo que es cuestión de entrenar nuestras habilidades como Juan Salvador Gaviota.
Qué simpáticos visten los animales orgullosos de ser como son |
En la técnica ilustrativa de Silvina Eduardo se aplican capas a las partes del cuerpo de los animales y así adquieren un volumen que proporciona realismo, produciendo la tercera dimensión, como si se superpusieran los elementos en un collage.
El proyecto se financió mediante crowdfunding, con donación de fondos de la ONG Wanagake
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GRACIAS POR APASIONARTE CON LOS LIBROS