viernes, 28 de octubre de 2022

WILLIAM HOGART CONCIENCIA Y CRÍTICA DE UNA ÉPOCA 1697-1764

EL PREDECESOR DE LOS CAPRICHOS DE FRANCISCO DE GOYA



 Editorial: REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO 

AYUNTAMIENTO DE MADRID

Idioma: español

352 pp., 24 x 29 cm.

Isbn: 8488006330

Catálogo de la exposición celebrada en el Centro Cultural del Conde Duque de Madrid 

(enero-marzo) en 1998. 

Ilustraciones en B-N.


    Las "imágenes revolucionarias" del pintor y grabador inglés William Hogarth  formaron la exposición William Hogarth, conciencia y crítica de una época, con 135 grabados. La Calcografía Nacional. de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Centro Cultural del Conde Duque, del Ayuntamiento de Madrid.

    Los grabados recorren la amplia carrera artística del autor: desde sus primeros trabajos, que ya dejan ver su talento para la sátira, hasta el tratado sobre la belleza. un grabador y pintor magistral, capaz de retratar a ilustres personajes de su tiempo y mostrar los bajos fondos. Se le considera el padre de la pintura inglesa por su defensa del arte genuino de este país, por el reconocimiento de los derechos del autor sobre su obra, por la función social con que concibió su trabajo y por su tratado Análisis de la belleza. Calificado como el pintor y grabador que retrató la Inglaterra salida del revolucionario siglo XVII, utiliza como soporte el grabado calcográfico, un medio de representación de amplia difusión debido a su reproducción mecánica.

William Hogarth pintando la musa de la comedia


    La Calcografía Nacional expuso los 135 grabados de Hogarth que adquirió tres años antes en el comercio. Las obras han sido catalogadas, como aparecen en el libro-catálogo, con textos de Isla Aguilar y María Zozaya, junto a estudios de Gabriel Sánchez Espinosa, Valeriano Bozal, Ricardo Miguel Alfonso, y Pedro Aullón de Haro. 


Se montaron las Series morales modernas, formadas por:  

1.- La carrera de la prostituta. Es una sociedad que se mueve entre el puritanismo y las luces de la Ilustración. La visión de Hogarth son imágenes revolucionarias y una crónica didáctica, estudiadas por Goya, cuyo conocimiento se aprecia en la serie Los caprichos". William Hogarth fue, a través de su serie de seis estampas A Harlot's Progress (La carrera de una prostituta), el artista que mejor supo plasmar su imagen.


2.- La carrera de un libertino (1733-1735) fue el primer docudrama o sucesión de imágenes que pintó Hogarth. El hijo de un noble rural (gentleman farmer) recientemente fallecido liquida las propiedades de su padre: quiere romper con el pasado y divertirse, alejándose de la conciencia moral burguesa, como refuerzan su tendencia al desorden y los relojes rotos (un desprecio al tiempo: el joven quema su vida entre vicios, ociosidad y caos). Finalmente, sus deudas lo llevan a la cárcel, para desesperación de una enamorada a la que desprecia.


El arresto por deudas. La herencia, matrimonio de conveniencia o se critica la vida en las tabernas y en las casas de juego en otros grabados.

    En la obra de Hogarth los niños sí son habituales, el pintor se recrea en su encanto y los convierte en protagonistas porque su entretenimiento es representar una pieza teatral.


3.-  El matrimonio a la moda. Siete imágenes componen una parodia crítica del matrimonio de conveniencia, que solía ser propio del mundo rural y que contrasta con el nuevo matrimonio burgués por amor (Goya también incidió en ese asunto en sus Caprichos). 

Muerte de la condesa


4.- Los momentos del día.

5.- Laboriosidad y pereza  

Los dos aprendices en sus telares

 

 6.- Retratos


Enrique VIII y Ana Bolena

  7.- Estados de la crueldad

La recompensa de la crueldad


Manicomio, cárceles y torturas


8. Una campaña electoral que termina convertida en locura (1754) sería otra de sus series más célebres.

Dura crítica a las elecciones con banquete lujurioso, votación y celebración en otros grabados


    El resto de sus series, de contenido más político y social, y otras piezas que completan su trabajo, como debates estéticos, reproducción de sus cuadros, encargos comerciales e ilustraciones de libros como para El ingenioso hidalgo don Quijote de Miguel de Cervantes.


Don Quijote adquiere el yelmo del barbero

  Artista autodidacta, Hogarth recibió formación técnica como grabador y luchó ya en vida contra la falta de reconocimiento y el esnobismo de la sociedad británica. Definió sus trabajos como comic history painting: pintura de historia cómica, afirmación que tendrá mucho calado. Hay que recordar que la palabra cómic procede de comedia, que en griego designa a las representaciones teatrales que tratan de la vida contemporánea (frente a la tragedia, que habla de héroes o dioses legendarios que desarrollan acciones sobrenaturales). Los relatos presentes en las obras de Hogarth producían en el espectador risa o emoción en la medida en que veía en ellos reflejados sus propias historias.

Retrato Simon Lord Seral

    Sus fuentes de inspiración para llevar aquel género a la pintura no son las tradicionales. El inglés era contemporáneo al escritor Henry Fielding, que se dirigía al lector en sus novelas para irle contando sus propios problemas como narrador al hilo de su texto. Decía: "Lo que hago tiene gran mérito, porque estoy haciendo historia, no historia oficial, sino la que no se ve, la historia del pueblo, y para ello hay que meterse en los agujeros y escondrijos de la realidad". Se refería a que estaba vertebrando una historia de lo privado, no de lo público: de lo que se oculta o nadie observa. 

También tenía éxito en aquel momento la comedia musical, en operetas y zarzuelas: recreaciones musicales de cuitas populares con música también popular.


El amante huye ante la llegada del marido engañado

    El cómic, ya sabemos, consiste en una sucesión de imágenes; a la hora de captar la temporalidad en pintura, el artista no colocó en primer plano la escena principal y al fondo las anteriores, en el sentido clásico, sino que las hizo contiguas y las presentó imagen tras imagen. Se estaba fraguando, en el siglo XVIII, la civilización de la imagen y Hogarth fue uno de los primeros en darse cuenta de que era imprescindible introducir en la pintura una nueva forma de narrar.

La llegada a Londres


    Representó la vida callejera, las andanzas de quienes emigraban del campo a la ciudad, de la gente común. No hay que olvidar que en el siglo XVIII se inventó la sociología y que Hogarth era también coetáneo a Rousseau y Hume y pintó asimismo desde una mirada psicológica. Los tres participaron de una misma creencia: no nos comportamos en función de la propia naturaleza, sino que la sociedad nos corrompe. Todo ello confluye en la sátira y en cierta crítica caricaturesca del pueblo.

    Las obras de Hogarth deben contemplarse pensando que no hay en ellas un solo objeto que no simbolice algo, con un carácter satírico o crítico.

La pintura de Hogarth parece paupérrima, pero no podemos valorarla solo por su cualidad formal: en no pocas ocasiones, la tosquedad conviene a los mensajes. Este artista británico incorpora muchos elementos humorísticos, influencias holandesas y realiza un arte popular tosco formalmente, pero la suya no es una simplicidad gratuita o derivada de la incapacidad, sino que conviene para contar lo que se pretende.

        Una de las batallas filosófico-morales del siglo XVIII es la reforma del Código Penal de cárceles y manicomios. El Tratado de los Delitos y de las Penas de Beccaria simboliza la racionalización y humanización de la sociedad en la Ilustración, que reacciona frente a la detención sin explicaciones y el juicio sin garantías. La humanización de la cárcel supone pasar del concepto tradicional de “el que la hace, la paga”, que podía implicar torturar a los penados, a creer en la reinserción. La venganza social frente al delincuente se sustituyó entonces por la redención; nace la creencia en que el hombre puede cambiar y que un error puede ser subsanable.

    Las figuras no aparecen disfrazadas, como reyes o nobles manifestando su poder, sino que visten como lo que son: burgueses y campesinos. Muestra Hogarth toda una tipología social y un amplio inventario de objetos no suntuosos.


La calle de la cerveza

  Junto a estas series se aprecian las populares sátiras de costumbres y las estampas que sirvieron de ilustración a su tratado teórico Análisis de la belleza




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