jueves, 26 de septiembre de 2024

EL TRATADO DEL ESPHERA Y DEL ARTE DE MAREAR- FRANCISCO DE FALEIRO, MINISTERIOS DE DEFENSA Y AGRICULTURA

    El Tratado de la Esfera y del Arte del Marear es un texto conciso, que explica la cosmología/astronomía de su época ("la Esfera" descrita por Joannes de Sacrobosco) y soluciona algunos problemas relacionados a la navegación (el "arte del marear") a la hora de pilotar las embarcaciones. Su importancia histórica es inmensa.




El Tratado del Esphera y del arte de marear: con el regimiento de las alturas: con algunas reglas nuevamente escritas muy necesarias.
 
Francisco Faleiro

Sevilla: Juan Cromberger. Con privilegio imperial (1535)

Edición facsímil de los Ministerio de Defensa y del Mº de Agricultura. 1989

Cuidada edición en tapa dura imitación de la pasta española de la época

300 Páginas 

18 x 23 cm.

P.V.P.: 40,00 €


Puede consultar disponibilidad en el correo:  

   

 
Los LIBROS DE NAVEGACIÓN que salieron de la Casa de la Contratación de Sevilla, fueron concebidos como libros de texto para enseñar a los pilotos los rudimentos técnicos del arte de navegar, que como parece indicar el vocablo “arte” no era completamente una ciencia sino una habilidad que solo alcanzaban a dominar los que surcaban los mares. 

Esta práctica, con el transcurso del tiempo, se había complicado de tal manera que era necesario añadirle unas buenas dosis de “ciencia”, y aquí empezaban los problemas ya que los marino de la época, en su mayoría, no eran hombres “cultivados”. 

Con esta premisa, los manuales de navegación pretendían ser muy sencillos y asequibles, y se atenían a las directrices emitidas por las autoridades de la Casa de la Contratación.

El catedrático de cosmografía de la Casa estaba obligado a explicar el programa de estudios de los pilotos que se habían de examinar para ir a las Indias; las lecciones trataban de proporcionar una ligera noción de la esfera, de la altura del sol y la manera de observarla, del uso y construcción de la carta de marear; del empleo, fabricación y cuidados de los instrumentos de navegación: astrolabio, ballestilla, cuadrante y, sobre todo, de la aguja de marear y de sus variaciones; y, por último, de la utilización de los relojes nocturnos y diurnos, y las mareas.

Todas estas reglas para la navegación de los pilotos y navegantes se englobaban bajo el nombre genérico de Regimiento de Navegación, aunque también se denominaban más literariamente Arte de Navegar, Luz de Navegantes o Espejo de Navegantes y solían tener, por lo general, al final, una hidrografía o derrotero que era donde se explicaban los casos prácticos de la navegación a las Indias. 

La parte teórica de la náutica, que trataba cuestiones de navegación especulativa, no iba dirigida a los pilotos y marineros y se llamaba Tratado de la Esfera. Autores de estos Tratados fueron Gemma Frisio, Joannes de Sacrobosco y Rodrigo Zamorano, entre otros. Esta dicotomía entre la teoría y la práctica no era estricta, y así, por ejemplo, Martín Cortés escribió un Tratado de la esfera y Regimiento de Navegación juntos.

El primer Tratado español sobre navegación fue escrito por Martín Fernández de Enciso en 1519, y a éste seguirían muy de cerca autores como Faleiro, Chaves, Medina, Cortés, Escalante, Zamorano, Poza, García de Palacio, Lavaña, Syria y Nájera…cuyos trabajos constituyen una de las joyas más apreciadas de la Biblioteca del Museo Naval de Madrid

Francisco Faleiro publicó el Tratado del Sphera después de concedida la licencia para imprimirlo y privilegio por 10 años, el 18 de agosto de 1532. El Tratado, escrito en castellano, está impreso en letra gótica, consta de 51 hojas sin numerar y con grabados. La obra consta de dos partes y posee 14 láminas pero carece de índice de materias de capítulos al final. La primera parte se subdivide en 22 capítulos, y el mismo autor dice en el prólogo que esa parte es un Tratado de la Esfera y de sus movimientos, y cómo la tierra está en el centro de ella. La segunda es el propio Regimiento, y está subdividida en 9 capítulos, tratando de las alturas y el arte de marear, la declinación del sol y las reglas para conocer la derrota.

Como el título de la obra indica, está compuesta por una parte teórica, el Tratado de la Esfera, en la que se sigue las doctrinas tradicionales y se inclina por el sistema geocéntrico postulado por Ptolomeo y demás autoridades clásicas; y sigue una segunda parte, el Arte de Navegar, que responde a las características de los Regimientos de Navegación, si bien carece de la parte dedicada a uso y construcción de instrumentos náuticos y el derrotero.

La distribución de los capítulos es análoga a la que siguió Sacrobosco en su Sphera Mundi y los temas son los mismos de Fernández de Enciso, aunque mejor explicados.
El original fue examinado por Salaya, catedrático de Astrología de la Universidad de Salamanca. Fernández de Navarrete en su Biblioteca Marítima dice que es una obra sumamente rara y que en España solo hay dos ejemplares: uno en la Biblioteca Nacional y otro en la Academia de la Historia, además del que se encuentra en la Biblioteca del Museo Naval de Madrid que aquí presentamos.

Dra. Carmen Torres López
Titulada Superior del Órgano de Historia y Cultura Naval


FRANCISCO DE FALEIRO Covilhã (Portugal), f. s. xv – Sevilla, c. 1574. Navegante y cosmógrafo.

De origen portugués, llegó a España junto con Fernando Magallanes y su hermano Rui, que en octubre de 1517 se encontraban en Sevilla para proponer a Carlos I que organizara una gran expedición para ir a la India y a las islas de las especies por un camino más corto y diferente al descubierto por los portugueses “por cierto estrecho de mar que sabían”.

El proyecto agradó, y se esperó a que el Monarca volviese a España, acordándose que Magallanes y Rui Faleiro formalizasen la propuesta; el 22 de marzo de 1518 se firmaron las capitulaciones del viaje, y a Francisco se le concedieron 35.000 maravedís anuales, para que trabajase en los preparativos. La armada partió de Sevilla el 10 de agosto de 1519, pero aunque Magallanes pidió al Rey que Francisco Faleiro fuera nombrado comandante de uno de los navíos no lo consiguió, éste se quedó en la ciudad hispalense, trabajando a partir de esa fecha como cosmógrafo al servicio de la Corona de Castilla, con un sueldo considerable para la época. Tampoco Rui embarcó, parece que por desavenencias con Magallanes y padecer desequilibrios psíquicos.

Aunque no realizó el viaje con Magallanes, Francisco Faleiro colaboró con su hermano en varias instrucciones científicas, como la elaboración de un regimiento de navegación, con un método para observar la longitud, que utilizó el cosmógrafo y piloto Andrés de San Martín; se tiene constancia de las observaciones que fue haciendo a lo largo del viaje, pues San Martín escribió un derrotero, muy alabado después por el cosmógrafo Juan Bautista Gesio en un informe entregado a Felipe II en 1579 y por otros autores posteriores. Aunque San Martín falleció en el viaje, su derrotero fue utilizado en navegaciones al Estrecho.

En 1531, Francisco Faleiro escribió a Carlos I, lamentando haber sido apartado de la armada de Magallanes y de los beneficios que reportó, para solicitar aumento de sueldo, advirtiendo de que si su petición no era atendida podría ofrecer sus servicios en otra Corte; el Consejo de Indias informó favorablemente y su salario fue aumentado en 15.000 maravedís anuales más.

Junto a Hernando Colón, Sebastián Caboto y Alonso de Santa Cruz, Francisco Faleiro fue nombrado para examinar los instrumentos que se proponía hacer el cosmógrafo Gaspar Rebelo, y con ellos y los demás cosmógrafos de la Casa de la Contratación, Alonso de Chaves, Pedro de Medina, Alonso de Santa Cruz y Diego Gutiérrez, colaboró desde 1536 hasta 1553 en las revisiones del padrón real o mapa patrón que se elaboraba en la citada institución sevillana. En 1554 emitió un parecer sobre las cartas de doble graduación hechas por Diego Gutiérrez, condenándolas, en un pleito en el que intervinieron, además de algunos de los cosmógrafos citados, Sebastián Caboto, Pedro Mexía y Jerónimo de Chaves. En las cuentas de la Casa de la Contratación entre 1562 y 1566, Faleiro figura como cosmógrafo a la par que Alonso de Santa Cruz, Jerónimo de Chaves y Sancho y Diego Gutiérrez.


Francisco Faleiro participó en la Junta formada en 1566, junto a Jerónimo de Chaves, entonces piloto mayor, Pedro de Medina y Sancho Gutiérrez, para determinar la línea de demarcación entre los dominios españoles y portugueses en el Pacífico, particularmente la posición de las Molucas y Filipinas, a las que había llegado Legazpi, por lo que recibió 142 ducados.

En 1574 fue llamado como el mayor experto en instrumentos náuticos que había en Sevilla, en un pleito a Sancho Gutiérrez. Habían pasado cincuenta y siete años desde su llegada a España, por lo que ciertamente debía de ser muy mayor.

Su Tratado del Esphera y del Arte de Marear, con licencia para su impresión por diez años concedida por la reina doña Juana desde Tordesillas en 1532, poco después de la queja de Faleiro y su aumento de salario, vio la luz en Sevilla en 1535, una vez terminados los diez años del privilegio que había conseguido Fernández de Enciso para su Suma de geografía; fue aprobado por Juan de Salaya, protomédico y catedrático de Astrología de la Universidad de Salamanca y está dedicado al presidente del Consejo de Indias, García Manrique, conde de Osorno. Su importancia radica en que es el primero de una serie de tratados de navegación editados alrededor del ambiente de la Casa de la Contratación, al que seguirían los de Pedro de Medina y Martín Cortés. El Tratado está dividido en dos partes y tiene catorce láminas; en la primera incluye su propia versión de la Esphera de Sacrobosco, y sus tablas astronómicas están calculadas para los años 1529-1532; no incluye nada de geografía o derroteros, pues no debían darse a conocer, aunque sí las reglas para seguir las derrotas, y refuta algunas creencias populares, entre ellas la de que el sol padecía durante los eclipses. En la segunda parte “que trata de las alturas y arte de marear con algunas reglas nuevamente escritas”, Faleiro presenta cuatro procesos para la determinación de la declinación magnética por observaciones solares, ya que, como su hermano Rui, pensaba que se podría llegar a calcular la longitud de un lugar a partir de dichas determinaciones. El Tratado del Esphera es eminentemente práctico, pues ya manifiesta en el prólogo que no conocía el latín, no tenía estudios, y va dirigido a los pilotos; pero en el informe contra Diego Gutiérrez, en 1554, se lamentaba de que los pilotos no utilizaban su instrumento para la declinación magnética, porque preferían seguir con sus propios métodos y su rutina de navegar por los rumbos de la aguja no corregidos.

Como recoge Teixeira da Mota, la contribución de Francisco Faleiro a la náutica ha sido alabada por muchos estudiosos españoles y portugueses, pero el tratado no tuvo la difusión que alcanzaron otros posteriores y apenas se encuentra en las principales bibliotecas de Europa.

Obras de Francisco Faleiro: Tratado del Esphera y del Arte de Marear: con el regimiento de las alturas: con algunas reglas nuevamente escritas muy necesarias, Sevilla, Juan Cromberger, 1535 (reprod. facs. en J. Bensaude, Histoire de la science nautique portugaise à l’èpoque des grandes decouvertes: Collection de documents publiés par ordre du Ministère de l’Instruction Publique de la République Portugaise, Múnich, 1915; Est. de R. Arroyo Ruiz-Zorrilla, transcr. de J. L. Martín Rodríguez, Madrid, Ministerio de Defensa- Ministerio de Agricultura, 1989 [ed. no venal]).


Bibl.: M. Fernández de Navarrete, Disertación sobre la historia de la náutica y de las ciencias matemáticas, Madrid, Viuda de Calero, 1846 (ed. facs., Valencia, Librerías París-Valencia, 1998, págs. 147-152); F. Picatoste Rodríguez, Apuntes para una biblioteca científica española del siglo xvi, Madrid, Tello, 1891, págs. 92-93; J. Bensaude, Histoire de la science nautique portugaise á l’èpoque des grandes decouvertes [...], op. cit.; J. Pulido Rubio, El Piloto Mayor de la Casa de la Contratación, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1950 (2.ª ed.), págs. 403-407, 482-487; A. Teixeira da Mota, “A contribução dos irmaos Rui e Francisco Faleiro no campo da náutica em Espanha”, en A viagem de Fernão de Magalhães e a Questão das Molucas, Lisboa, Centro de Estudos de Cartografia Antiga, 1975, págs. 315-341; U. Lamb, “Faleiro, Francisco”, en J. M.ª López Piñero, Th. F. Glick, V. N avarro Brotons y E. Portela Marco, Diccionario Histórico de la ciencia moderna en España, vol. I, Barcelona, Península, 1983, págs. 320-321.



Isabel Vicente Maroto
Academia de la Historia


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