viernes, 18 de febrero de 2022

DEPURACIÓN DE MAESTROS. EXTERMINIO Y REPRESIÓN EN EL SUR DE LA PROVINCIA DE BURGOS


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  EXTERMINIO DE MAESTROS

  El motivo principal para que un maestro sea candidato a desaparecido es encontrarse afiliado a grupos de izquierda desde 1934, como a la agrupación vinculada al sindicato UGT, creada en 1931-32, de los Maestros de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FTE), a la Federación Universitaria Española (FUE), fundada en 1927, y a los Amigos de la Enseñanza. Según el artículo 3 de la Orden de 10 de noviembre de 1936, les dan un plazo de diez días para reconocer su afiliación y militancia una vez que les presentan cargos. Entre los ejecutados a muerte se encuentran los siguientes, no obstante les dictaminan expulsión de su empleo suponemos para que no generen derechos sus familiares:

- Pedro Ayala. Natural de Barbadillo del Pez. Presidente de la Casa del Pueblo de Burgos. Siendo vecinos de Burgos fue localizado en Vallejimeno, municipio de su cónyuge Rosario García.

- Andrés Cristóbal. Ejercía en Oca (Salas de Bureba). Se encontraba en Mambrillas de Lara donde tiene residencia familiar. Tanto él como su padre fueron izquierdistas declarados.

- Camilo Domingo. En los informes del expediente de la Depuración de Maestros de Pinilla Trasmonte, donde se encuentra destinado, le acusan de pertenecer a Izquierda Republicana, ratificado en el TRP, en cuyo expediente aparece como prestamista en su pueblo, Baños de Valdearados, donde habían contraído con él demasiadas deudas (13.023 pts.). No obstante, su ejecución parece haberse fraguado en Pinilla Trasmonte. La sentencia de «Separación definitiva» es propuesta por la Comisión el 15-9-36 y dictada el 4-4-39.

- Francisco Feria. Maestro en los barrios de Cabañas y Matalindo de Santa Cruz de Juarros. Afiliado al FTE desde el 20-12-32. Su estado civil no le ayuda al encontrarse separado y «mantiene vida marital con otra mujer».

- Torcuato Gete. Maestro en Mahamud. Preso en Burgos el 12 de agosto del 36.

- Cristóbal García. Maestro en Gumiel de Hizán, y alcalde de La Aguilera. Pertenece al FTE desde el 13-7-35. Fue dictaminado con «Separación definitiva y baja del escalafón» (24-3-38).

- Leoncio Hernández. Maestro en Mamolar. Afiliado al FTE desde el 1-8-1935, y acusado de fundar la Casa del Pueblo en el municipio. Detenido en Navas, donde reside su familia. Dictaminado con «Inhabilitación perpetua» (4-4-39).

- Longinos Pascual. Maestro en Atapuerca. Natural de Villaescusa de Roa. Afiliado a FTE desde 1-4-1933. La sentencia determina: «Separación definitiva del servicio de la enseñanza y baja en el escalafón» (Madrid del 5-6-40).

- Felipe Antonio Llantada. Ejerce en Fuentenebro y anteriormente en Nava de Roa. Detenido en julio del 36 por la Guardia Civil en Aranda. Afiliado al FTE desde el 8-4-1936. La comisión dictamina: «Separación definitiva y baja en el escalafón» (4 de abril de 1939).

- Juan Martínez. Maestro interino en Torrelara y con anterioridad en Vega de Lara. Afiliado al FTE desde el 5-6-1933. Entre sus vecinos mostraba una conducta intachable.

- Gregorio Nebreda. Interino en Lerma.

- Florentino Nebreda. Maestro de Villanueva de Gumiel. Había sido alcalde de la gestora y luego concejal. El párroco en su informe declara que «se ha sabido que le fusilaron». Por orden gubernativa del 21 de julio de 1936 fue detenido, según el alcalde, el 24 de agosto. Su expediente no se encuentra subrayado, como es lo habitual para efectuar los cargos, debido al conocimiento de su estado. Fue sentenciado con «Baja definitiva» (30-7-37).

- Tomás Ruiz. Maestro en Santa Inés. Le fue interceptada correspondencia del diputado de Izquierda Republicana Moisés Barrio Duque pidiéndole que confeccionara la Junta Gestora de Santa Inés.

- Juan Francisco Sáez. Maestro destinado en San Martín de Rubiales. Acusado de ideas marxistas. El tribunal dictaminó «Separación definitiva» (27 de noviembre de 1940).

 


Expediente de Leoncio Hernando maestro de Mamolar, paseado



 El listado se incrementa si añadimos los considerados «huidos» que figuran como desparecidos:

- Gumersindo Caballero Ríos. Maestro de Cuevas de San Clemente. Es acusado por el alcalde de «antipatriota e izquierdista». Dictaminado con «Separación definitiva y baja en el escalafón». Todos los declarantes sospechan que se fue a Bilbao.

- Simona Ríos Meana. Maestra destinada en Revilla del Campo.  

 

El tribunal no determina el paradero:

- Josefa Arribucea del Río, maestra en Fuentelcésped. En los informes se la acusa de intervenir en el nombramiento de la gestora y es considerada socialista republicana. Se encuentra en Madrid opositando. Es dictaminada con «Separación automática y baja del escalafón».

- Victoriano Jiménez Rodríguez, maestro de Fuentelcésped. Afiliado a la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza, afecta a la UGT; partícipe en la formación de la Casa del Pueblo, donde era directivo. Huye a Madrid con su familia según el TRP, que le sanciona a 8 años y 2.000 pts.

- Francisco López Fernández, maestro en Torresandino de Esgueva. Se le cuestiona su afinidad al Frente Popular y afiliación a IR. Es sentenciado con «Separación definitiva y baja en el escalafón» (5-XII-1940).

- Alonso Parra Fernández, maestro interino en Boada de Roa. Los informes reprochan su conducta religiosa y política, considerándole izquierdista. Suponen que se encuentra en su pueblo, Santa M.ª de Neira (Almería). El tribunal decreta «Inhabilitación perpetua» (27 de noviembre de 1940). Es de consignar que el comandante de puesto no alega nada y, muy al contrario, declara que «fue bueno el tiempo que estuvo».

        - Lorenzo Herrera Rueda, maestro de Iglesiapinta. Presidente de la FUE. Según el comandante de             puesto podía encontrarse en el frente. 

                   


   

DEPURACIÓN DE MAESTROS

 La segunda república invertiría en educación y entre sus primeras medidas amplía el número de centros, como en Roa de Duero, donde se aprobó la construcción de dos nuevas escuelas,[1] se solicita su creación en Canicosa, Vilviestre y Palacios, mientras el de Quintanar de la Sierra se inaugura en agosto del 36; y hacia los magistrados, a los que les asigna una subida salarial considerable,[2] y a su vez, garantiza una educación laica, gratuita y obligatoria. Es el nuevo Plan profesional para la enseñanza que contempla la formación de los maestros. En Lerma todos los miércoles se desarrolla el Centro de Colaboración, donde se desarrollan conferencias organizadas por las Misiones pedagógicas que son impartidas por los propios maestros cursillistas, seleccionados por oposición entre los mejor formados, cuando tradicionalmente la educación se encontraba vinculada a las órdenes religiosas y se vieron privadas de sus privilegios. El alzamiento no se muestra interesado en una enseñanza generalizada, a la vez que tampoco se preocupa por la calidad ni aportar elementos de juicio, más bien se impartía doctrina nacional-católica. En Solarana, hasta su clausura por el bando nacional, figuraba una biblioteca remitida por el patronato de Misiones Pedagógicas, donde el maestro Modesto Carpintero Saldaña fomentaba la afición a la lectura. 

 Los maestros de escuela de la provincia mantienen una tendencia derechista, afiliados a la Asociación Católica de Maestros Burgaleses. Son varios los que se pronuncian en favor del alzamiento, como los educadores de Quintanar de la Sierra Eusebia del Campo García y Nicolás Montero Barral, miembro de Acción Popular; Martín Antonio Pérez Aceña, de Villatuelda, e Isabelino Ochoa Arriba, de Valcabado de Roa, que todos ellos eran falangistas. En Lerma, Casto Abad Barrio se identifica con la extrema derecha y emite informes sobre sus compañeros; y Benedicto González Cuadrado se encuentra afiliado a los monárquicos de Acción Popular. En Vilviestre del Pinar, Máximo Cámara Rupérez, un veterano que alterna funciones de Juez y alcalde. José M.ª Oca Carcedo, maestro de Hinojar del Rey, marcha voluntario al frente en los primeros días del golpe militar y Carlos Guijarro Martín en Fuentecén «prestó servicio de guardia en unión de los falangistas. Hasta el primero de octubre que regresó parte de la fuerza».[3]

 Las mujeres también acusan la derechización, aunque comprendemos el difícil acceso a los estudios salvo para las familias desahogadas que inculcan los valores tradicionales. Agripina Sanz Adrados, maestra en Moradillo de Roa, pertenece a la extrema derecha. 

 Hubo excepciones, como Esther Martínez Calvo, maestra de párvulos en Salas de los Infantes, que se prepara en derecho y participa en mítines. Fue cesada junto a otros funcionarios que «se han significado en ideas contrarias al régimen actualmente constituido». En Palacios de la Sierra son detenidas hasta tres profesoras: Caridad Peraita Linares, maestra en Villamayor de los Montes que veremos a continuación, Primitiva Marcos Martín, maestra en Hornos de Mena, afiliada a FTE y acusada de asistir a mítines, por lo que la incapacitaron por dos años,[4] y Mercedes Chicote Alonso, maestra de párvulos en Roa, encausada por el gobierno Civil de ser izquierdista y sin pruebas la reintegraron en su puesto hasta ser trasladada como medida de distorsionar lazos ideológicos generados en su localidad.[5] Todas ellas estuvieron entre rejas en la prisión de Burgos.


 Por Real Decreto 66, de 8 de noviembre de 1936, la Junta Técnica del Estado depuró al personal docente: «influido y monopolizado por ideologías e instituciones disolventes en abierta oposición con el genio y tradición nacional». Los educadores se vieron sometidos a una caza de brujas establecida por una Comisión Superior Dictaminadora de Depuración. Primeramente, según el apartado sexto del decreto 56, promulgado por la Junta de Defensa Nacional el 19 de agosto, Boletín Oficial de Burgos nº 9; los Alcaldes, Párrocos y Comandantes de Puesto informaron sobre las adscripciones ideológicas de los magistrados de su término. En septiembre se les vuelve a interrogar para conocer el inicio del curso: ver si se había presentado el maestro, colocación del crucifijo retirados en 1932 según el artículo 48 de la Constitución y la bandera bicolor, que acababa de ser restaurada para la zona sublevada por Decreto del 27 de agosto del 36 y la conducta política, religiosa y social de los educadores. A principios de año se emiten nuevos cuestionarios cumplimentados por los mismos confidentes, a los que se incorpora el de un «reputado padre de familia» sugerido por los anteriores, generalmente el propuesto por el párroco o el oficial militar al mando, que se suelen mostrar coincidentes los tres, confirmando una misma visión tradicionalista. A éstos, se añaden los testimonios demoledores de la inspectora que se encarga de comprobar la militancia en sindicatos e informes «in voce», recogidas a pie de calle, procedentes del mismo ámbito que los informantes.

 Pese a tener conocimiento del fusilamiento de algunos magistrados, la comisión siguió dando curso a los trámites, que parecían dictaminar lo ya ejecutado y, a su vez, no dejar probado el exterminio. Sobre Camilo Domingo, considerado dirigente del Frente Popular, fue apresado en la casa de su hermano, quién ejercía como secretario en Arauzo de Salce, donde no se le permite terminar su comida. Es detenido una segunda vez sin consecuencias; y a la tercera, el primero de septiembre se entrega en Pinilla Trasmonte, pasa a figurar entre los desaparecidos. Ciriaco Benito, alcalde-presidente del pueblo donde impartía clase, comunica que «según noticias auténticas y bien justificadas ha sido fusilado» (21-9-1936); versión que se corrobora en el informe del párroco, ambos con conocimiento de los hechos (prueba es que los impresos no tienen subrayados los aspectos recriminatorios, como apreciamos en algún caso más de asesinados). Aún así, la Comisión propone una sentencia en consonancia con su destino: «La separación definitiva del servicio y baja en el escalafón respectivo» (4-4-1939). Al maestro de Mamolar le decretan «inhabilitación perpetua» (21-2-1938). Con la expulsión se pretendía despojar a los familiares de derechos adquiridos por los maestros nacionales.

 Los dictámenes más habituales eran de confirmación en el cargo pero la cosa se podía torcer por una declaración desafortunada. Antonio Peñas Gete, cura párroco de Quintanarraya, manifestó en el informe sobre José Miguel Moncalvillo cierto rencor a la situación privilegiada adquirida por el profesorado: «el aumento de paga de la república les ha hecho un poco soberbios a este y a casi todo el Magisterio y conviene se les haga humillar». De los cuatro informes es el único que se muestra desfavorable para un magistrado de familia con tradición en el pueblo y que le respaldan con 76 firmas de los 90 vecinos que contaba el municipio. La comisión, no obstante, considera el parecer del párroco y le sanciona dos meses con medio sueldo (dictamen del 30 de junio de 1937). Los tópicos represivos son repetidos en los magistrados, acusados por rencillas de una minoría, y cambian de chaqueta para salvar el pellejo. Hilario Madruga de los Mozos, de Brieva de Juarros, de no pisar la iglesia y organizar mítines de izquierda se transforma en un exaltado militante de Falange de «comunión diaria». Félix Pérez Velasco, considerado de los radicales de Lerroux, pertenecía a la Asociación Nacional de Magisterio desde diciembre del 34, año en que se encuentra destinado en San Juan del Monte, da un giro ideológico y colabora con las milicias juveniles falangistas de «Flechas y Pelayos».

 El maestro de Salas de los Infantes, Florencio Pérez Barrio, de ser acusado de izquierdista y poco amigo del templo, pasa a mostrarse de derechas y buen cristiano; aún así, se penaliza su pasado con traslado. Francisco Calderón Soto, durante tres lustros profesor en Monterrubio, recibe informes desfavorables mientras el pueblo, entre los que se recogen las firmas de sus acusadores, terminan por avalarlo mayoritariamente; y se muestra como atenuante la baja en la militancia desde 1934. 

Todos estos factores se repiten en el extenso expediente de Félix Lara Saldaña, maestro en Vega de Lara con anterioridad en Torrelara, Campolara y Mecerreyes que recibe acusaciones de haber pertenecido al Partido Radical Socialista, que el mismo reconoce en un pasado remoto en el que militaba en la FTE. Se valora su matrimonio, que pudo ser premeditado, en agosto del 36 con una maestra de confesionalidad reconocida. Su cambio de actitud y presentación de buena defensa, cinco folios bien extendidos por las dos caras desacreditan los cargos que le imputan. Una carta de las Hijas de María de Campolara, desvela las rencillas personales a las que le tiene sometido el líder de Falange local. Félix salva el pellejo, aunque no se libra de una dura sanción: «inhabilitación para desempeño de escuelas quedando separado definitivamente del servicio». 

 La persecución obsesiva del comandante de puesto de Covarrubias que arremete contra el maestro de la localidad Andrés Puente Pineda, acusado de embriagarse, lo que fue rebatido por la comunidad. En el municipio se considera la buena acción ejercida por Juan Sainz García, cura párroco, que podemos avalar según los informes del maestro donde no elude que sea izquierdista pero «sin afectar a la educación», y le considera religioso; en otro informe declara que tan sólo es «un poco izquierdista», coincidiendo con el alcalde, y le justifica «porque era lo que primaba». Ambas acusaciones fueron desestimadas por la Comisión Depuradora.

 Publio San Juan Puente, maestro en Cilleruelo de Arriba, es consignado por todos los informantes como persona de izquierdas, al igual que otros miembros familiares como su hermano. Su hijo Julio, deficiente psíquico, fue maltratado y exterminado mediante saca; mientras a él le beneficia la «buena conducta moral y religiosa» declarada por todos los curas de las demarcaciones por donde había deambulado, así como por un cambio de actitud, contribuciones al «plato único» y al no constar afiliación alguna. Presenta una hoja de servicios repleta de méritos, pero ya se encontraba destituido antes del dictamen de Depuración: «Separación definitiva», en julio del 37. 

 La Comisión indagaba destinos anteriores, analizando los artículos publicados y las acciones efectuadas por los acusados. Rafael Angulo Saldaña, maestro en Mecerreyes, fue acusado desde su anterior destino, San Juan del Monte. Declaraciones del párroco, ahora capellán de las Huelgas, contradice los informes que le consideran anticlerical, y el presidente de Falange Española expone que sus disputas obedecían a un encontronazo con el alcalde y juez de San Juan del Monte. El acusado justifica en el pliego de descargos su actuación en defensa de las injusticias sociales basándose en principios cristianos. La tendencia izquierdista de la que se le acusa es sancionada con la supresión por un mes de empleo y sueldo. En los casos de los maestros de Covarrubias: Jesús Martínez González fue duramente acosado por su antigua militancia y es castigado con el traslado y prohibición de solicitar vacantes e inhibición de cargos públicos de Enseñanza durante un año, pese a tener informes de haber recibido bien la sublevación; y Agustina Martínez Martínez que se dedica a confeccionar prendas para el Movimiento y tapar la acusación de «buena relación con el alcalde de la república», sin comprender como ella misma declara que un funcionario se debe a la corporación que gobierna, aún así, es sancionada con medio sueldo.

 Gerardo Ayala Peraita fue acusado en todos los informes de simpatizante izquierdista en Quintanar de la Sierra. La comisión considera que es consciente de los actos imputables en favor de la República, así como de querer coaccionar al párroco Antonio Santamaría Puerta con una carta en poder del tribunal donde pide «compasión» al sacerdote cuando elabore su informe. El tribunal se atiene a la observación de la inspectora (vocal en la Comisión), a quien manifiestan que entre él y su mujer, la maestra Celestina Cordero Peraita, tenían establecido un cacicazgo. Gerardo empieza a colaborar con Falange y se vincula a personas de derechas que le avalan, aún así, le dictan traslado de destino e inhabilitación de cargos públicos y, al fallecer, le imponen su sanción a su cónyuge como propone la vocal. 

 Justino Peñalba Ortega, maestro en Pinilla de los Moros anteriormente en Iglesiapinta, Vizcainos y Piedrahita de Muñó, pese a recibir un informe favorable del alcalde, éste es desestimado por la inspectora que lo considera redactado por el secretario del pueblo que es su padre; un segundo informe del alcalde ratifica la correcta actitud política y religiosa. La inspectora le recrimina impartir «conferencias extremistas mostrándose partidario de la disolución familiar», por lo que debía ser destituido de su cargo. Se le acusa de hacer propaganda en las clases nocturnas empleando El Heraldo. Muchas más son las acusaciones que se vierten sobre él, de ser «miembro de la CNT» o «no haber sentido la muerte de Calvo Sotelo». La losa que le vinculaba con las izquierdas era haber sido «interventor del Bloque, de Barrio Duque» en las elecciones de febrero. El dictamen fue el «Traslado forzoso fuera de la provincia con prohibición de solicitar cargos vacantes durante un periodo de cinco años e inhabilitación para el ejercicio de cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de Enseñanza». La correspondencia que recibía era controlada, de parte de alumnos agradecidos. A éste, como a otros maestros les sometieron al «exilio», donde les continúan vigilando el correo.

 Entre los cuestionados por su conducta moral y educativa, se encuentran: Gorgonio Benito Arribas, maestro de La Gallega, acusado de embriaguez es trasladado por la confirmación de la inspectora de su dejadez en la escuela; Esther Martínez Calvo es recriminada por propugnar el amor libre entre sus alumnos, cuando cuida párvulos, y es destituida como funcionaria por la junta de gobierno militar y presa en Burgos del 5-9-36 al 1-7-38;[6] el maestro de Palacios de la Sierra, Francisco Figuero Beltrán, fue buscado insistentemente durante toda la contienda, basándose en los cargos del informe del párroco que le tachaba de conducta antirreligiosa y por la amistad con el médico Vicente Peraita, pese a que se encontraba reclutado en las filas de los sublevados, y fue trasladado a otra demarcación alejada.

 Entre los que sufrieron un largo encarcelamiento se encuentran Felipe Cristóbal González, natural de Covarrubias y asentado en Mambrillas, donde se le recuerda como radical (se debe considerar la pérdida de su hijo, también maestro). No obstante fue un activo miembro directivo de la UGT y de la Asociación de Trabajadores de la Enseñanza. Huyó de Villaldemiro, destino donde ejercía, el mismo día que se produjo el levantamiento, pero fue apresado el día 21 en Burgos. El dictamen que le acusaba de doce cargos se resuelve con «separación definitiva del servicio y baja en el escalafón correspondiente» (Burgos 14 de septiembre de 1937).

 Elena Cantero Monzón, se tuvo que enfrentar al informe del alcalde-presidente implantado con el levantamiento en Villalmanzo, Luciano Obregón Martínez, que recriminó su comportamiento tras la apertura del curso; y le reprochaba su conducta religiosa y política. La defensa de la maestra propietaria ante los cargos que la imputaban es contestada con informes que la califican como «religiosamente ejemplar» en Pesquera del Ebro, destino donde ejercía tres años antes; y otro de Quintanilla Escalada, donde residía. La comisión desestimó la defensa por tratarse de mucho tiempo atrás (junio del 33). Tampoco sirvió de mucho el informe positivo del padre de familia y las 281 firmas de apoyo de los vecinos del pueblo, entre ellas curiosamente la del primer edil  (20-4-40); que no cuentan frente al testimonio del párroco y el jefe de la guardia Civil. La propuesta de la comisión fue de «Traslado a otra escuela de la provincia y prohibición de solicitar vacantes durante un año e inhabilitación de ocupar cargos directivos», según orden 8 de septiembre de 1939. El tribunal de Madrid lo firma a 28 de febrero de 1942. El 3-3-42 se revisa a petición de la interesada. La revisión del juicio desestimó las anteriores acusaciones que prima la valoración efectuada por Julio Martínez Marcos, jefe local de Falange de Villalmanzo.

 Caridad Peraita Linares, maestra en Villamayor de los Montes e hija de Vicente, médico de Palacios de la Sierra, es acusada en un informe de la comandancia de la Guardia Civil de Burgos: «educaba a los alumnos en sentido bolchevique». Le recriminan el repartir entre sus alumnos libros y material republicano siendo, como argumenta, el único material que dispuso. Con gran sinceridad es de las pocas que reconoce su pertenencia a Trabajadores de la Enseñanza, y en lo moral niega que propagara la idea sobre el divorcio. La sentencia la incrimina con «separación definitiva y baja en el escalafón correspondiente». 

 El caso de Andrés Sáez Jiménez es muy curioso. Un joven maestro que había obtenido la plaza mediante cursillos se encontraba ausente de Espinosa de Cervera al estar de vacaciones desde cinco días antes del levantamiento. Por su expediente sabemos que no era del agrado del alcalde impuesto Luis Nebreda, ni del cura Rufino Nebreda Gil, que también le reprochaba su orientación religiosa y política. El comandante de puesto apunta su activismo en el movimiento de Asturias del 34 y su participación como ponente en mítines provinciales. El tribunal le imputa ocho cargos, tachándole de anarquista y su pertenencia a Trabajadores para la Enseñanza. Los dictámenes parecen evidentes: «Separación definitiva de este maestro con la pérdida de todos sus derechos» (4 de abril de 1939). Y «Separación definitiva del servicio activo» (por orden de 19 de diciembre de 1939). Lo particular es que Andrés no alega por encontrarse en zona roja: había pasado de Cataluña a Francia. Es internado un año en el campo de concentración de Miranda de Ebro, donde es puesto en libertad el 4 de abril de 1941. En sus alegaciones se hace el despistado y justifica su trasiego como obligado; y la militancia a la FTE, que no niega, porque pensaba que era condición obligada. El 20 de septiembre de 1941 se le dictamina: «Suspensión de empleo y sueldo por seis meses y traslado… y no poderse presentar a vacantes en cinco años». El mismo presidente considera que la sentencia había sido baja. El acusado se defiende bien de los cargos, alegados principalmente por el párroco, de deshacerse de la bandera bicolor cuando no estaba inventariada; y de no haber participado en la revolución de Asturias porque por aquel entonces había cambiado de destino. En el momento del levantamiento se encontraba en Madrid, donde es reclutado a quintas en febrero de 1937. Desde la capital se emitieron importantes recomendaciones de un abogado derechista que formaba parte del Tribunal de Depuración de Ferroviarios; el de un falangista; y otro atenuante por ser alumno del Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil.

 Germán González Egido, natural de Santoyo (Palencia) en 1890, se encuentra en paradero desconocido desde el 21 de julio del 36. Es maestro en Quintanamanvirgo y se le considera líder comunista comarcal. Se desplaza a Vizcaya, Santander y Asturias, «siendo detenido cuando huía por mar». En causa sumarísima de «Excitación a la rebelión» es condenado a doce años de prisión mayor e indultado en el año 49. La familia aporta el poco oro que posee para la causa del ejército sublevado, donde dos hijos suyos se alistan como voluntarios.

 Gerardo Anievas Arazón, maestro de Castrillo de la Vega, afiliado a FTE y secretario del Consejo local de Primera Enseñanza. Es detenido y suspendido de empleo y sueldo. Considerado «irreligioso, marxista e indeseable». La comisión propone separación definitiva del cargo y baja en el escalafón. (14-1-38).

 Tampoco se libran de la depuración los alumnos de grado profesional. Eloina Ruiz García, alumna de cuarto curso en prácticas en Hoyales de Roa y anteriormente en Quintanamanvirgo y Anguix, pertenece a la FUE desde el 32 hasta su disolución en el 33. Se la somete a Consejo de Disciplina (17-12-38) y la sancionan con inhabilitación por tres años para cargos directivos y de confianza en instituciones culturales (24-8-42).




LA REVISIÓN DE SENTENCIAS DE MAESTROS DURANTE LA POSGUERRA

  La revisión de sentencias se debe a que después del dictamen del tribunal provincial se revisaban para uniformar los criterios a un nivel nacional, lo que podía elevar la pena.

- Germán González Tejido, maestro en Quintanamanvirgo, es considerado como el cabecilla comunista comarcal. En paradero desconocido desde el 21 de julio del 36.[7] La depuración del magisterio ya le dictaminó «separación definitiva», según la sentencia del 25-3-38, confirmada el 4-4-39, y elevándose a definitiva por Orden Ministerial de 19-12-39. El caso de Germán es curioso porque en el año 1956 pidió la revisión. La comisión valoró su catolicismo y dictamina reintegrarle, pero dada su imposibilidad para el ejercicio, contando con 69 años, sentencia del 27-1-58.

- Fortunato Ovejas Bombín, natural de Valcavado, fue dictaminado con «Inhabilitación perpetua para el desempeño de la función docente» (Burgos a 28-9-42). Una declaración suya ofendió al nuevo comandante de puesto de Roa en 1942, por la que le denuncia bajo las calificaciones de «lugarteniente del maestro de Quintanamanvirgo», «izquierdista consumado», y participante en los mítines, donde presenta a los oradores; y es acusado de querer abrir una escuela laica en Roa. Es recriminado por pertenecer a la Casa del Pueblo (según el informe del vecino), y al FTE. En el pliego de descargos justifica que según la Gaceta de Madrid del 15-3-36, se condiciona a los cursillistas a estar afiliados para poder obtener plaza. Según la secretaria de la Comisión, Concepción Salvador, la solicitud de ingreso la hizo el 23-11-33 y el 10-4-36, aunque se diera de baja el 1º de junio de 1936. Lo que parece definitivo es que en poder de la Comisión Depuradora obra un oficio dirigido a la Sección del Frente Popular de Burgos donde comunica que había tomado parte en los actos y manifestaciones públicas en la localidad de Valcavado el 1º de mayo. El comunicado viene refrendado con un sello que dice «Concentración Popular Antifascista». Se recaban datos de su conducta y el anterior comandante de puesto de Roa emite un informe que no admite las acusaciones; el cura presbítero, arcipreste de Roa y natural de Valcavado califica igualmente su «conducta moral y religiosa intachables», distinguiendo su más completa adhesión al Movimiento Nacional y al actual régimen. El que fuera nombrado en el frente Teniente Provisional se considera atenuante. La revisión del tribunal superior rebaja a: «Inhabilitación por dos años para el ejercicio de la enseñanza sirviéndole de abono el tiempo que haya sufrido provisionalmente, con prohibición de desempeñar escuelas en la provincia de Burgos e inhabilitación para cargos directivos y de confianza» (Madrid 6-XI-42).

- Faustino Corbella del Palacio, maestro de Mambrilla de Castrejón, afiliado de la FTE por la sección de Burgos desde el 1-1-32 y a la Federación desde el 1-4-33. Acusado de organizar mutualidades y cooperativas socialistas establecidas en el municipio desde 1923. A su favor, le avala el que fue muy católico y activo en el sostenimiento del culto y contribuciones al clero. Con 32 años de servicio –nacido en 1879–, la comisión propuso «la jubilación forzosa» (Burgos 30-6-37). Por Orden de 11 de mayo de 1940 se revisa, encontrándose con una denuncia de finales de marzo asesorada por los abogados de FET de las JONS de que no podría seguir impartiendo en la escuela de Mahamud. En la revisión se reitera su jubilación. Sin embargo, el Juzgado Superior de Revisión decreta «Suspensión de empleo y sueldo por tres meses, traslado e inhabilitación para cargos directivos y de confianza» (Madrid 23-XII-42).

 

- Pablo Izquierdo Ortega, maestro en Villahoz, se le propone «separación definitiva» (3-9-37) y le caen «Dos años de suspensión de empleo y sueldo, traslado forzoso fuera de la provincia y prohibición de cargos durante cinco años» (Vitoria 4-4-39), siendo idéntico el veredicto del Juzgado Superior de Revisiones (Madrid 7-4-42). Es acusado de pertenecer al FTE, donde aparece como uno de los mayores cotizantes. Exponemos la curiosidad de tener un «Testimonio Confidencial» que tan sólo dice: «Izquierdista activo protegido».

 - Anastasio Rico Muñoz, maestro en Villasur de Herreros es sentenciado con «Inhabilitación perpetua» (propuesta de 14-3-38), afiliado a la FTE entre 1933 y 1934 y sospechas que de la FAI, por lo que fue detenido en Aranda en septiembre del 36, siendo encarcelado durante diecisiete meses. Redime «culpas» al marchar a filas en marzo del 38. Y conseguirá destinos posteriores al ser habilitado para la enseñanza (28-8-41).

 Las sentencias fueron revisadas desde el gobierno central intentando que la represión fuera equitativa a nivel nacional. Se ven suavizadas y se rebajan las penas impuestas, entre otras razones, por falta de profesionales. Los correctivos y la moral ya se encontraban minadas.



[1] El 9 de enero de 1933 el alcalde de Roa ingresa 68.422 pts. en el Libro Diario General de Entrada de Depósitos.

[2] Se establece en la media de una tercera parte, según decreto de 23 de junio de 1931.

[3] Expediente de depuración del maestro Carlos Guijarro Martín. Declaración del oficial de guardia de Fuentecén, Bernardino Gonzo Pérez, del 31-1-37.

[4] Comisión Depuradora del 3-1-38.

[5] Idem, 28-11-38.

[6] Pertenece a una familia de izquierdas muy perseguida en Salas de los Infantes, hija de Federico y sobrina de Pedro, Maximiliano, Lucio.

[7] Se desplaza a Vizcaya, Santander y Asturias, «siendo detenido cuando huía por mar». Condenado por causa sumarísima de «Excitación a la rebelión», por lo que fue condenado a doce años de prisión mayor -indultado el 16-2-49-. La familia tiene que contribuir aportando el poco oro que posee para la causa del ejército sublevado, donde se alistan como voluntarios dos hijos suyos.


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 TRIBUNAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS (TPR). EXTERMINIO Y REPRESIÓN EN EL SUR DE LA PROVINCIA DE BURGOS




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