viernes, 4 de septiembre de 2015

BARCOS PERDIDOS EN ALTA MAR


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     La divulgación del conocimiento arqueológico submarino se debe, sin duda alguna, a los profesionales que trabajaron en los proyectos de recuperación de embarcaciones de gran interés histórico. Destacamos dos libros: Buceando en el pasado y El tesoro del Atocha. El primero de ellos es una aproximación al tema de los naufragios más importantes de todos los tiempos, donde también aparece recogido el Atocha, pecio sobre el que versa el segundo trabajo.




Para introducirnos en el tema se sugiere ver el avance de un vídeo y finalizaremos con un documental sobre Mel Fisher,  cazatesoros que inició la recuperación del Atocha 


                                                                         
                          


Relieve de Asurnarsipal II, S. IX a. C,
El arqueólogo y buceador profesional Carlos León Amores detalla una completa descripción de los naufragios más importantes de la Historia: los barcos de la Edad del Bronce hundidos en el Mediterráneo; embarcaciones vikingas, cocas, carracas, naos y carabelas medievales; pecios importantes como el Serçe Limani, el Mary Rose, la nave de Red Bay, el Nuestra Señora de Atocha, el naufragio del Wasa, el Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción y los grandes galeones españoles de la Flota de Azogues de 1724.

    



Primigenios sistemas para la recuperación de naufragios 

                                    


     Imagen histórica del Mary Rose

                                                                                        
                               Reconstrucción del casco, planimetría y sección 
                                longitudinal hipotética del casco del Guadalupe


    Experto en la arqueología submarina es coautor de La aventura del Guadalupe, Rutas arqueológicas por España, Túnez. Autor de libros Náufragos y navegantes en la ruta del mercurio, dándonos a a conocer el manual del submarinismo. En su novela Huracán relataba el naufragio de la Flota de Azogues en 1724. 


 Crítico con el trabajo de los buscadores de tesoros, en Buceando en el pasado denuncia el expolio sufrido por gran parte de naufragios antiguos ante una legislación fácil de sortear.



















Planos de restos, sección y reconstrucción
 de un cañón del Atocha

       R. Duncan Mathewson III, director arqueológico de la búsqueda del Nuestra Señora de Atocha nos detalla cómo ha sido la aventura arqueológica de recuperar el naufragio. Tras una introducción, nos relata como sucedió el hundimiento del barco, al igual que el Margarita que también se contempla en el trabajo, a causa de un huracán en 1622.



Prólogo de Mel Fisher.                  


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Círculo de Lectores - 24 €
Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta ilustrada.


       
       Técnica aplicada en 1623 para recuperación de restos del Atocha y el Margarita






 A las barras pequeñas
 se las denomina "barras de dedos" 










      El oro se conserva mejor que el resto de los metales. El registro de identificación se encuentra menos detallado. 

                          


                                                                            








           Las flotas partían en convoy custodiados entre comitivas de buques, los entresijos del pillaje para no declarar todo lo que se extraditaba del Nuevo Mundo y no pagar impuestos a la Corona, la piratería en alta mar de los corsarios holandeses y franceses que se aliaban contra el imperio español; y los sistemas de recuperación de tesoros marinos desde el S. XVII hasta nuestros días. Aborda la propiedad de los bienes ante los cazadores de tesoros de tan candente repercusión por el mediático pleito entre Odissey y el Estado español por la fragata Mercedes.


      En las entrañas del Atocha naufragaron unas 250.000 monedas, en su gran mayoría de plata, que se manifiesta peor ante la erosión de las sales marinas y aparecen en conglomerados de coral.

                                   

     Mel Fisher, primer gran cazatesoros contemporáneo, buscó los restos del naufragio del Atocha y aportó su material a Mathewson para la elaboración de su trabajo, siendo el responsable del prólogo del libro.
                                      

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