EL MAGO DE OZ EN ORO VERDOSO POR BENJAMIN LACOMBE

Tapa dura - 22 x 30 cm 128 pp - ISBN: 9788414016930 

    

             Lyman Frank Baum es el creador de un mundo fantástico que se propuso llevarlo al cine y otorgarle una mayor continuidad. El relato fue criticado por los defensores del puritanismo que le recriminaron un mundo de brujería que dificultó, en un principio, la popularidad y acceso al título en las bibliotecas públicas y escolares. Posteriormente, Víctor Fleming y George Cukor, entre otros, lo adaptaron con gran acierto a la gran pantalla cuando ya había fallecido su creador, en 1939, para convertirla en una de las obras más influyentes de la fantasía universal.

                                 

     La obra es una metáfora de la sociedad de los Estados Unidos a principios del siglo pasado en un país que se enfrentaba a la ley monetaria de 1873 en un cambio del patrón que desvalorizaba la plata encumbrando al metal dorado y que se decantaba por el billete verde. Sus personajes representan a seres confusos y descarriados.

           Dorothy vive con sus tíos en una granja de Kansas, se ve un día arrastrada junto a su perro Totó por un tornado a un mundo de fantasía, la tierra extraordinaria de Oz. Para regresar a su casa deberá llegar a Ciudad Esmeralda y pedir ayuda al mago de Oz. En ese viaje se acompaña por tres personajes en busca igualmente de auxilio: un espantapájaros de paja que desea un cerebro, un leñador de hojalata que precisa un corazón y un león que debe recuperar su fiereza. Asustados por el poder de Oz y sus brujas, encontrarán en sí mimos lo que buscaban fuera.


                        

La hora bruja de las situaciones mágicas aparece en las imágenes de Lacombe, siempre remarcado con el pantone verde purpureo o metalizado

     Sébastien Perez inicia la adaptación desde el espantapájaros y homenajea la conocida obra del autor estadounidense. Benjamin Lacombe recrea la aventura de Dorothy con su perro Totó -caracterizaciones que denotan el peculiar estilo del artista quien adora las figuras de la infanta y a su animal de compañía- y le otorga una coloración especial. No escatima en un color dorado que le da una iluminación especial. Algo que va con el significado mítico de la obra y reproduce las luces mágicas del amanecer o de la puesta de sol. Y justificado en los adoquines brillantes del país que habita el Mago de Oz.

                 

            La publicación nos regala algo difícil de encontrar en los libros por el alto coste que dispara el presupuesto al emplear un pantone especial para el color dorado. Además, el título se sirve en todas sus páginas de una tinta purpurea en verde metalizado para enmarcar con ribetes detalles como la enumeración de las páginas, algo que se puede justificar en el reino de Esmeralda y que sólo podía ser verde esperanza.

                               

                           

                        

    Una visión renovada que forma parte de la nueva colección de la editorial Edelvives de Cuentos clásicos ilustrados de la literatura infantil donde también se cuentan Las Aventuras de Pinocho y Pulgarcita, vistas por diferentes creadores.










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