sábado, 2 de noviembre de 2019

EL HOMBRE Y EL MÉDICO ANTE LA MUERTE

                   Un diagnóstico de pérdida es una situación que la parte del paciente no admite pese a la evidencia de la situación. El médico suele ser cauteloso y se cubre ante los familiares comunicando fórmulas del tipo "hay que ponerse en lo peor" y reconoce el comportamiento ejemplar de éste y los familiares. 





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 ARAN EDICIONES - 227 pp. 15 X 23 cm. 20,00 €
ISBN 9788495913739



                    Durante más de quince siglos, las personas morían de una manera muy similar, sin apenas cambios y en una generación las cosas han cambiado de manera radical. La mayoría de las personas, cuando están afectadas por una enfermedad incurable pasan sus últimos días o semanas de vida en hospitales que no han sido diseñados para ello y morir en casa, algo habitual en otros tiempos, es hoy muy difícil, a pesar de que ése es el deseo de la inmensa mayoría de los enfermos.           

        Los médicos, y en alguna medida también el resto de los profesionales de la salud, tienen dificultades añadidas para ayudar a los enfermos en su proceso de morir. A la falta de formación en Escuelas y Universidades, hay que añadir frecuentemente la sensación más o menos inconsciente de fracaso profesional que experimentan unos profesionales que, lamentablemente, solamente han sido preparados para curar enfermedades. A esto cabría añadir la correspondiente angustia ante la propia muerte que casi siempre provoca en el personal sanitario el acercamiento a la persona que está a punto de morir.


         El momento en el que se diagnostica una enfermedad incurable y de pronóstico sombrío, supone una de las crisis más importantes para cualquier persona y uno de los retos más difíciles para los profesionales de la salud. No solamente existe la obligación (salvo excepciones) de informar al enfermo de su situación, sino que además la experiencia nos demuestra diariamente que el enfermo afronta mejor el final de su vida si él, sus familiares y los profesionales que le cuidan comparten un grado de información similar. Para los médicos, el hecho de dar a un enfermo tan mala noticia supone también un duro golpe y constituye uno de los actos más difíciles en el ejercicio de la Medicina. Y hay que aprender a hacerlo bien porque tan malo es mentir como suministrar una información brutal. En gran medida la evolución va a depender mucho de lo que se le diga al enfermo y de cómo se le diga.

El Dr. Marcos Gómez Sancho, uno de los máximos referentes a nivel mundial en Medicina Paliativa, habiendo sido reconocido por el Ministerio de Trabajo e Inmigración español en 2011 con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid en 1972. Entre otras presidencias, ha ocupado la de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) o la de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial de España. 





Marcos Gómez es autor de los libros:

- COMO DAR LAS MALAS NOTICIAS EN MEDICINA



- MORIR EN PAZ. LOS ÚLTIMOS DÍAS DE VIDA



- MEDICINA PALIATIVA: LA RESPUESTA A UNA NECESIDAD

- EL DUELO Y EL LUTO



- DOLOR Y SUFRIMIENTO AL FINAL DE LA VIDA










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