El caballero de la triste figura, que no loco. Por José Segrelles |
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A Segrelles le fueron encargadas en 1918 cincuenta y ocho óleos y treinta y ocho acuarelas, así como también ciento treinta dibujos a plumilla y ciento veintiocho capitulares; que no debemos confundir con la obra pictórica de su sobrino el pintor Eugenio Segrelles. Todo este material permaneció traspapelado en un sótano hasta 1956, cuando fueron recuperados, y se encargó al mismo autor que completara la obra. Esta se encuentra publicada en libros de El Quijote y nos hemos servido de ella para ilustrar nuestro post.
Don Quijote enloquece al leer libros de caballería que se pusieron de moda en su momento gracias a la invención de la imprenta, que permite la disposición de una multiplicación de ejemplares accesibles para una mayor cantidad de lectores. Como aprecia nuestro ilustre académico Antonio Muñoz Molina, Cervantes supuso afecciones parecidas e impredecibles a las que puedan provocar los dispositivos electrónicos en las futuras generaciones enganchadas a las pantallitas luminosas. Como mínimo una ceguera prematura que requiera la adopción de lentes por quema precipitada del cristalino ante la fijación de la vista al foco a corto alcance.
Volvamos a la cuestión de si la realidad es la que vemos o Don Quijote ve más allá de las apariencias. Sancho, personaje antagónico del protagonista, aparece caracterizado para que nos riamos de él, siendo quien advierte a su señor de que las cosas no son como las piensa pero terminará comprendiendo y dando la razón a su señor.
El ingenioso hidalgo sale a deshacer entuertos, por José Segrelles |
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Ars Médica 2006 - Ilustrado - ISBN: 9788497512077 - 12,95€ |
Ensayo sobre la patología psiquiátrica de don Quijote. Su autor es José Manuel Bailón Blancas, especialista en Psiquiatría y Neurología. Coordinador del Servicio de Psicogeriatría en el Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora de Colmenar Viejo (Madrid).
El Dr. Bailón diagnostica a don Quijote de Melancolía Paranoide especificando:
"La depresión en `el siglo de Cervantes´ (1547-1616) hay que estudiarla a través de los conocimientos médicos de aquellas centurias".
Para el autor, la expansividad del delirio nos puede hacer caer en falsos diagnósticos. En definitiva, debido a la contraposición de las cualidades fría y caliente, don Quijote puede ser diagnosticado de depresión, como se deduce a través de la investigación textual de la que recoge numerosas citas a lo largo de las dos partes de la obra.
Don Quijote equivoca, en sueños, los pellejos por un gigante, por José Segrelles |
El diagnóstico del ayer lo hace analizando la historia clínica del paciente, como se realizaría en el siglo XVI o XVII, es decir, a través de los humores, y sostiene que el enfermo presentaba una alteración de dos humores, cólera (bilis amarilla, cólera flava o roja) de naturaleza seca y caliente, y de la bilis negra o melancolía, a su vez fría y seca.
El estudio nos permite admitir que se puede conjeturar que el dictamen del médico que visitó a don Quijote es un verdadero diagnóstico clínico, aunque lo veamos a través de la distancia: "Tomóle el pulso y no le contentó" y "fue el parecer del médico que melancolías y desabrimientos le acababan...", el calor natural y húmedo radical.
Don Quijote impartirá justicia socorriendo al indefenso, por José Segrelles |
El trabajo se ha podido culminar mediante la puesta en funcionamiento de nuevos conceptos de la psiquiatría, como el de la Psicopatología puente, que nos permite comprender las teorías de los médicos humanistas del Renacimiento.
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LA IMAGEN DEL QUIJOTE EN EL MUNDO
Y un desconocido muy importante que se considera la primera novela de caballería española:
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