Máquina de Marly-Pierre Denis Martin |
Editorial: CEDEX - CEHOPU - Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas. Ministerio de Fomento
Madrid, 2000
Encuadernado en tapa dura de tela con sobrecubierta
270 pp., 25 x 27 cm.
ISBN 9788477903444
Puede consultar disponibilidad en el correo:
librerialibropasion@gmail.com
El tránsito de la Virgen, 1462. Museo del Prado |
Vázquez de la Cueva resalta la importancia que tienen los cuadros en visualizar construcciones ya desaparecidas de las que, en el mejor de los casos, han perdurado unos planos y de esta manera podemos hacernos a la idea de cómo eran las obras públicas.
Iniciamos con El tránsito de la Virgen de Andrea Mantegna. La obra aporta un paisaje en una estancia del castillo de San Giorgio, residencia de los Conzaga. la vista del lago con un largo puente en Mantua, rodeada por el río Mincio.
Doménico Theotocopuli, El Greco, fue un paisajista a contracorriente de la tendencia nacional lo que se atribuye a su formación veneciana. La ciudad de Toledo se convierte en protagonista de fondo en sus lienzos. Hemos iniciado con esta representación porque el pintor hace una interpretación libre de los edificios relevantes que aparecen de forma equívoca al modificar la topografía bajo un efecto dramático. El puente romano de Álcantara en mampostería medieval posiblemente alterado por la destrucción de Muhammad I, en 859. El Greco muestra la entrada al puente desde el acceso sur, fábrica del s. XIII que fue sustituida por la obra de 1721. El paisaje es de estilo manierista, propio del autor, que da a la capital un aire fantasmagórico, onírico, dramático y de una particular belleza.
Se aprecia una importante ciudad portuaria con las atarazanas, donde se reparan, se calafatean y se construyen, principalmente, galeras. Delante de la Torre del Oro se encontraba una grúa de madera para descargar mercancías pesadas. En el cauce del Guadalquivir las embarcaciones de envergadura disparan salvas. Esta obra, al igual que la de El Greco, participa del estilo manierista, privándonos de la luminosidad de Sevilla.
Vista de Toledo ca. 1597. Metropolitan Museum de Nueva York |
Doménico Theotocopuli, El Greco, fue un paisajista a contracorriente de la tendencia nacional lo que se atribuye a su formación veneciana. La ciudad de Toledo se convierte en protagonista de fondo en sus lienzos. Hemos iniciado con esta representación porque el pintor hace una interpretación libre de los edificios relevantes que aparecen de forma equívoca al modificar la topografía bajo un efecto dramático. El puente romano de Álcantara en mampostería medieval posiblemente alterado por la destrucción de Muhammad I, en 859. El Greco muestra la entrada al puente desde el acceso sur, fábrica del s. XIII que fue sustituida por la obra de 1721. El paisaje es de estilo manierista, propio del autor, que da a la capital un aire fantasmagórico, onírico, dramático y de una particular belleza.
Vista de Sevilla. Anónimo, 1588. Madrid, Museo de América. |
Se aprecia una importante ciudad portuaria con las atarazanas, donde se reparan, se calafatean y se construyen, principalmente, galeras. Delante de la Torre del Oro se encontraba una grúa de madera para descargar mercancías pesadas. En el cauce del Guadalquivir las embarcaciones de envergadura disparan salvas. Esta obra, al igual que la de El Greco, participa del estilo manierista, privándonos de la luminosidad de Sevilla.
La procesión del Redentor. Venecia, Museo Correr |
Joseph Heintz, el Joven (1600-1678). Los puentes flotantes son la solución más antigua para sortear un curso de agua. Tableros sobre elementos flotantes tipo barriles, odres, barcas o pontones. El que observamos es provisional para un festejo ceremonial a base de barcas del canal de la Ciudecca en Venecia para agradecer el cese de la peste en 1576. En el lienzo de Heintz destaca la cúpula de la iglesia de Palladio con sus frontones.
Vista de Zaragoza, Juan Bautista Martínez del Mazo 1647. Museo del Prado |
A diferencia de las anteriores, Juan Bautista Martínez del Mazo, yerno de Velázquez, ejecuta la Vista de Zaragoza como una obra topográfica, en perspectiva y con gran detalle de la ciudad. El puente de piedra había perdido sus arcos centrales en 1643 y no serían reparados hasta 1659. La familia real estuvo de visita en la capital aragonesa y aparecen en los coches de la comitiva por el centro del cuadro.
Entrada del arsenal. Antonio Canal, Canaletto |
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La fiesta de los marineros entre el puente de Nôtre-Dame y el Pont au Change. Raguenet 1756- Musée Carnavalet |
Jean Baptioste Raguenet se especializó en edificios antiguos y con gran fidelidad documental nos deja constancia de las fábricas junto al puente de Nôtre-Dame que alojan bombas hidráulicas, ingenios para elevar el agua para el abastecimiento de París. Las casas en el mismo puente y, además, cabe observar uno de los moulins à nef existentes en el Sena, instalado sobre una barca amarrada a las pilas del puente. Los marineros disfrutan de su día con un patrón que está a punto de caerse al agua mientras otro marinero se incorpora a su embarcación.
Lluvia, vapor y velocidad; el gran ferrocarril del oeste. 1844. Turner. London National Gallery |
Joseph Mallord William Turner fue formado como dibujante de arquitectura pero su técnica dará un giro con el estudio del tratamiento de la luz y la incipiente industria. Al final de su vida, experimenta en la abstracción: La luz, la atmósfera y el color que le sugiere la fuerte velocidad de una locomotora de vapor a 100 km/h en un día amarillento por la lluvia. Otros elementos del cuadro son una embarcación pequeña en la inmediación del puente; unos labradores en la proximidad del río y una liebre que corre a la desesperada por delante de la máquina del ferrocarril.
La esclusa 1824. Thyssen Bornemisza |
John Constable representa la apertura de una compuerta en la campiña inglesa. El autor fue criticado por otorgar demasiada importancia a temas elementales. El artista hizo caso omiso a ello porque su interés radicaba en las formas bellas de la naturaleza y en lo sencillo, donde encontró lo emotivo en su mayor expresión. En 2012, la baronesa Thyssen subastó el cuadro alcanzando la importante cifra de 22,4 millones de libras.
El faro de Eddystone. R. Brydges Beechey, 1874. Corporation of Trinity House |
Richard Brydges Beechey representa al tercer faro erigido en 1759 a mortero después de los predecesores de madera. por problemas de erosión de las rocas en que se asentaba obligaron a trasladarlo a su cercanía en Plymouth Hoe. Un faro impregnado de misterio y romanticismo que se convierte en un hito y modelo para las estructuras en mar abierto.
El puente de Europa,1876. Musée du Petit Palais |
Gustave Caillebotte representa una instantánea de la vida lúcida en un puente de hierro levantado sobre las vías de la estación de Saint-Lazare que se ha convertido en el paseo y balcón de la ciudad. La representación de la vida de sus habitantes expresa soledad. El puente ferroso ha sido completamente restaurado entre 1928-30 siendo protegido con recubrimiento de hormigón armado. Sin embargo, gracias a la luz del sol, el lienzo nos ofrece una perspectiva de coloraciones azul violáceas agradables a la vista para inmortalizar lo que hubiese podido ser una tediosa geometría metálica producto de una obra de ingeniería
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