CIUDADES DEL SIGLO DE ORO, LAS VISTAS ESPAÑOLAS DE ANTON VAN DEN WYNGAERDE

Editorial El Viso, 2008

Dirigido por Richard L. Kagan. 

Encuadernado en tapa dura de editorial con sobrecubierta ilustrada.

435 pp., 31 x 30 cm.

ISBN 9788495241603

 Puede consultar disponibilidad en el correo:  

librerialibropasion@gmail.com

   Anton Van den Wyngaerde (Amberes ca. 1512/1525 -Madrid, 7-V-1571).

 Pintor flamenco conocido en España como Antonio de las Viñas, realizó en la década de los sesenta del siglo XVI una serie de 62 dibujos con las vistas, detalladas y meticulosas, de pueblos y ciudades, de las principales localidades españolas por encargo de Felipe II. 

   Wyngaerde se formó como dibujante en los Países Bajos y transitó por Italia entre 1552 y 1553. En 1557 fue nombrado «pintor ordinario» por el rey Felipe II y acompañó a los tropas españolas en las batallas contra Enrique de Francia, representando las escenas bélicas de San Quintín, Ham, Gravelinas y Dourlens. En 1558 viajó por los Países Bajos, y en 1561 recorre Inglaterra. También es posible que hubiera estado anteriormente en Inglaterra durante la estancia del rey español; y se le atribuyen las siete vistas del Panorama of London fechado entre 1543 y 1550, una de las primeras representaciones que existen de Londres.

     Observando la portada del libro apreciaremos la ejecución de la vista de la ciudad de Cuenca, dando a conocer la técnica y la precisión planométrica, para la que emplea cuadriculas para trazar, sin  perder detalle, los motivos arquitectónicos. Alcalá de Henares, Barcelona, Córdoba, Madrid, Salamanca, Sevilla, Toledo, Valencia, Zaragoza,... Estas tomas se conservan fundamentalmente en dos colecciones: una en la National Bibliotheck de Viena y, la otra, en el Victoria and Albert Museum de Londres.

  

   Es impresionante la capacidad de captación del artista flamenco. En sus pinturas prima el detalle minucioso con una descripción topográfica de las imágenes, creaciones de dibujos al natural, como suele apuntar al firmar las obras. Panorámicas a «vista de pájaro», como podemos apreciar en la toma de Alcalá de Henares, escoge un punto de vista simulado que ahora es la entrada por la Puerta de Madrid, sin que tuviera posibilidad de subir a cima alguna ni elevarse en globo aerostático -no se crearon hasta dos siglos después-, y para ese tiro visual su trabajo de perspectiva era recreado de cabeza.

 El dibujante repara en mostrar deficiencias en el estado de la muralla, la ausencia de torre en la iglesia Magistral, ahora catedral; el Palacio Arzobispal en todo su esplendor, calles desaparecidas como la que comunicaba Tercia con Empecinado; dibujos de la puerta de Guadalajara y Alcalá la Vieja. Para más información consultar la monografía de Abrham Consuegra Gandullo y el trabajo editado por la UNED, Universidad de Alcalá y Centro de Estudios Complutenses, 2015, en el que también participa dicho autor junto a Rosa López Torrijos y otros: Representar la ciudad en la Edad Moderna: 1605, Wyngaerde en Alcalá. 

 

     Estas vistas no son tan sólo unas magníficas obras de arte, sino que constituyen unos documentos gráficos de notable importancia para el conocimiento de diversos aspectos (urbanísticos, económicos, sociales) de las ciudades representadas. Documentos gráficos de destacado interés y valor historiográfico. Como apuntamos, es superior al que pudiera mostrar una "fotografía" en cuanto que desplaza intencionadamente edificios para no verse ocultados por otros en la descripción global de los paisajes.

 

   Este interés se ve acrecentado por el hecho de que estos dibujos corresponden a un periodo crucial de la historia de España como lo fue el del reinado de Felipe II. En este tiempo debemos tener en cuenta que España era la potencia hegemónica tanto en el Mediterráneo, frente al turco, como en el Atlántico, manteniendo las colonias y el comercio con América. El prestigio como "nación" y potencia líder en la escena internacional se ponía en juego constantemente, bien haciendo frente a los intereses de la corona inglesa en el Atlántico, bien frenando en el continente europeo ante el progreso del protestantismo, los intentos independentistas de los Países Bajos y el avance del turco.

   En las vistas prima el detalle minucioso y la descripción topográfica de las imágenes. Sus creaciones son dibujos al natural, panorámicas a «vista de pájaro».



   Wyngaerde no fue el único pintor de ciudades; es posible que coincidiera en su viaje con el también flamenco Joris Hoefnagel, que recorre España entre 1563 y 1567 y realizó dibujos para las Civitates Orbis Terrarum de Braun-Hogenberg, que en algunos casos, como en Toledo, representa vistas complementarias, menos meticulosas, pero más espectaculares y escenográficas. Richard L.Kagan propone que fueron influidas por nuestro homenajeado.

 

   Anton Van den Wyngaerde se instaló con su familia en Madrid, en 1562, a instancias del Felipe II, dedicándose a la "descripción corográfica" de villas, pueblos y ciudades españolas. Sufrió un accidente montando a caballo y quedó impedido por lo que el monarca le concedió una pensión, hasta su fallecimiento el 7 de mayo de 1571.

  Reza en el colofón de la  obra que presentamos:

   Ciudades del siglo de Oro se terminó de imprimir el día 16 de octubre de 2008, en los talleres gráficos de Artes Gráficas Palermo. Estuvo a cargo de Manuel Domínguez y de la composición de textos de Miguel Ángel Esteban, con la supervisión de Belén Redondo y Guillermo López. Las vistas españolas de Anton van den Wyngaerde, dirigido por Richard L.Kagan.

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Miguel-Ángel Caballero Sánchez

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