miércoles, 28 de julio de 2021

ESO NO ESTABA EN MI LIBRO DE HISTORIA DEL IMPERIO ESPAÑOL, de PEDRO F. BARBADILLO

     Muchos son los trabajos que abordan el Imperio español y el más aclamado puede ser Imperofobia de Elvira Roca, donde se demuestra que la leyenda negra viene nutrida por una historiografía, la española, contaminada de una visión foránea que se interpreta como el descrédito hacia el poder. Aún así, importantes hispanistas aclaran esta oscura visión como Hugh Thomas, Henry Kamen, Geofrrey Parker, John H. Elliot y Stanley G. Payne. Autores españoles se animan a defender los argumentos de un comportamiento patrio.

Gonzalo Fernández de Córdoba,
 El gran Capitán



 El Imperio español se considera que se inicia a raíz del "descubrimiento" del Nuevo Mundo, sin embargo, cuenta con el precedente de la "reconquista" peninsular, donde los Reyes Católicos no expulsaron a los árabes una vez tomado el territorio tras la conquista de Granada, y es apreciable que pudo contar con los mismos protagonistas por aventureros atlánticos y que se mantienen unas condiciones de lucha y dominio que prosigue en las victorias de los ejércitos de las picas de Flandes.

              

  

Editorial: ALMUZARA

CÓRDOBA, 2020

400 pp., 15 x 24 cm 

Encuadernación: Tapa blanda con solapas 

ISBN: 9788418089862
           

      Los españoles fueron los primeros en cruzar el Atlántico y «descubrir» América en lo que se considera como el origen del Imperio; los primeros, que circunnavegaron el globo y, por lo tanto, dar la vuelta al mundo en la expedición de Magallanes que llevó a buen puerto Juan Sebastián el Cano; los primeros, en crear una moneda, el Real de a Ocho, que era aceptada en los cinco continentes; los primeros, en organizar la campaña de vacunación de ámbito mundial; los primeros, en levantar catedrales y fundar una treintena de universidades en el nuevo mundo (1535-1812); los primeros, en excluir de la esclavitud a poblaciones conquistadas y otorgar a los nativos los mismos derechos ciudadanos que a los pobladores de la Corona en la península, según las Leyes de Burgos.    

   Son muchas las respuestas que aporta este trabajo: América debe a España la cultura y un progreso en infraestructuras, mientras, España recibe del Nuevo Mundo alimentos, entre otros, la patata o el tomate; mayormente plata que oro, en gran parte extraído de las minas de México, Perú y del Potosí, en Bolivia, que otorgan un impulso a la Corona y a un mercado mundial. Se describe el cañonazo que le arrancó un brazo a Nelson en el asalto a Santa Cruz de Tenerife, donde el almirante inglés fue derrotado en 1797.  


   El libro se sirve de mapas elaborados por el profesor Javier Sáenz del Castillo.

Mapa de Asia según los cálculos de Colón,
 que murió sin reconocer que había descubierto un nuevo continente


   La carrera imperial arranca con Cristóbal Colón, que no era el único que creía en la esfericidad de la tierra, pero cuyos cálculos erróneos sobre su tamaño fueron el gran acicate para emprender el viaje. Y en otra gran aventura, que celebra ahora su quinto centenario, la circunnavegación del globo por Magallanes y Elcano bajo el patrocinio de la Corona de España.


El futuro emperador Carlos I de España,
grabado por Durero


   Veinticuatro apartados donde se analiza qué habría pasado al Imperio si Fernando el Católico al final de su vida hubiera engendrado un barón muerta Isabel, lo que hubiera dividido los reinos; o si Felipe el Hermoso no hubiera muerto tan pronto. Pudo ser el secreto mejor guardado de nuestra flota el que permitió vencer a la peste marina: los cítricos fueron bien considerados cuando viajaba entre las medicinas para combatir el escorbuto y que aportaron vitaminas a unos marineros muy competitivos frente a otras flotas.

Vista de Sevilla. Anónimo, 1588. Madrid, Museo de América.

   En 1573 ya hubo un Plan de Ordenamiento Urbano de las Indias, tan bien ejecutado que «las ciudades americanas... fueron mucho más cuidadas y hasta saludables que las de la España peninsular y el resto de Europa». Y, sin embargo no precisaban murallas, salvo en el caso de enclaves atacados por piratas o, en Chile, por los araucanos. El resto del territorio gozó de paz y un desarrollo sostenido.


    La «diplomacia inmaculista» lleva al Imperio a proclamar en todas partes hasta la sede romana para que concediera el dogma a la Purísima Concepción. Es uno de los empeños españoles unificadores y seña de identidad católica de los Austrias. 

  Conocida como la Dama Azul, Sor María de Ágreda fue concepcionista y conseguía bilocarse en el convento soriano y catequizar a los indígenas al norte del Río Bravo en Nuevo México. 

  Barbadillo también narra cómo las tropas hispanas al mando de Benavides se ven asistidos hacia la victoria tras la aparición de la imagen de la Virgen que provocó que el viento helara el río, fenómeno nunca más visto en el lugar, permitiendo que se combatiera a los barcos holandeses. Desde entonces la Inmaculada se ha convertido en la patrona de la Infantería.  


 La concesión por la corona española de títulos nobiliarios, rentas vitalicias, señoríos y escudos de armas a los sucesores de Atahualpa y Moctezuma. Los descendientes de los monarcas inca y mexica se integraron en la sociedad española y el fundador de la Guardia Civil, el Duque de Ahumada, era un Moctezuma. El autor se pregunta qué descendientes de jefes de pueblos nativos en Norteamérica han sido presidentes o senadores de los EEUU.

 

Entre los protagonistas que considera Barbadillo caben mencionar a Juan de Palafox, un bastardo que llegó a obispo y virrey que es más conocido al otro lado del Atlántico. Bernardino de Mendoza, embajador que organizó conspiraciones contra Isabel I. Sebastián de Aparicio, un gallego que hizo fortuna con el transporte de carretas y donó todo a la orden religiosa en la que ingresa.


La administración hispana concedió muy tempranamente el primer permiso de trabajo por baja maternal para las mujeres en el Nuevo Mundo y consta la dirección del primer hospital por una mujer negra en 1502.

 El reconocimiento de la participación de las mujeres en la conquista y gobernación del Imperio es una de las contribuciones de este libro. La Corona española obligó a los hombres a viajar a las Indias con sus esposas, para evitar el ahí te quedas. El rey Fernando el Católico permitió los matrimonios entre españoles y nativas por cédula de 1514, cuando las uniones interraciales estuvieron prohibidas en parte de Estados Unidos hasta 1967.


 En la otra vertiente indígena, Malinche, conocida como Doña Marina, intérprete y consejera de Hernán Cortés; Isabel de Moctezuma, hija del soberano de los mexicas y primera noble hispano-mexicana; Santa Rosa de Lima, que conmovió a la sociedad peruana con sus sacrificios y su piedad; Catalina Bustamante, la primera maestra del Nuevo Mundo, protegida por la emperatriz Isabel II; Inés Suárez conquistadora junto a Pedro de Valdivia de Chile; Isabel Barreto, Almirante de los Mares de Sur y Gobernadora de las Islas Salomón; María de Toledo virreina de Santo Domingo; o Micaela Villegas, actriz peruana amante de un virrey.

  Acontecimientos, personajes y curiosidades con los cuales el lector puede comprender la inmensidad y fortaleza del Imperio español en cuyo escudo flanquean dos columnas con la inscripciones Plus Ultra, "más allá"; la Cruz de Borgoña, ondeó en barcos, ciudades y castillos situados en todos los rumbos de la rosa de los vientos. Cuando la corona del rey de España era, como dijo Baltasar Gracián, la órbita del sol. Un reino donde nunca se ponía el astro Rey. Hasta la historia de nuestra bandera actual con el rojo y el amarillo por Castilla y Aragón, aunque esta determinación fue dieciochesca.





   En 1803 partía de La Coruña la corbeta María Pita en una misión filantrópica con los niños que viajaron portando la vacuna de la viruela y que fueron asistidos por la rectora del orfanato donde procedieron los muchachos, Isabel Zendal Gómez cuidó de ellos durante el viaje, lo que la convierte en la primera enfermera de la historia. Se hace justicia al papel que desempeñó la mujer en la formación del Imperio.

   La duración temporal del Imperio español abarca tres siglos, tan solo equiparable al de Roma. El modelo colonial frente a sus rivales europeos ha supuesto un mestizaje y una cultura específica y autóctona que ha perdurado hasta nuestros días, algo que no se refleja en América del Norte.


 

   ¿Cómo pudo hundirse tan deprisa una construcción tan notable, política, militar y desde el punto de vista científico? Fernández Barbadillo lo explica las causas del fin del Imperio por el seguidismo en la política exterior francesa y el papel de Inglaterra en la agitación independentista, mientras, sus artífices Simón Bolívar, Bernardo O’Higgins, José de San Martín sufrieron desgracias y traiciones. «El vicio del mal gobierno», y «muchos ministros y cortesanos entraron al servicio del Estado pobres y murieron ricos, cuando en los siglos anteriores ocurría lo contrario». Entre otras precisiones se considera el que España quedaba descolgada de la Revolución Industrial y la consiguiente decadencia.

   El último capítulo habla sobre lo que ha sobrevivido de él gracias a la lengua: «Hoy, un español puede viajar por la mayor parte del antiguo Imperio usando un idioma casi idéntico al que empleaban Hernán Cortés, Andrés de Urdaneta o Jorge Juan». Hispania también se vio sometida por el Imperio romano que implantó el lenguaje ante una superioridad cultural.  

 Eso no estaba en mi libro de historia del Imperio Español aborda con claridad hechos menos conocidos de
la realidad del Imperio Español, todo ello narrado mediante un estilo periodístico que se caracteriza por un trabajo de síntesis para conseguir divulgación histórica. 
Algunas sonarán, conocidas al lector culto, pero los matices que rodean a los temas resultan bien expuestos y, efectivamente, hay datos que no se encontraban en nuestros libros. 


    Cabe plantear si el tema sea oportunista hacia un nacionalismo patriótico cuando las valoraciones se encuentran posicionadas. A nuestro entender es un trabajo bien expuesto y documentado. Un juicio entre lo que España ha podido denigrar y vejar a los pueblos aborígenes de América, que debe retrotraerse a las referencias de aquellos tiempos y el Imperio Español se comportó de manera razonable. Respecto al final del Imperio éste se vio condicionado por la lejanía de los territorios en ultra mar y la multiplicidad de frentes: en casa contra Napoleón, en Nueva España por independentismo; en la mar con la acción de Inglaterra que hundió, jugando sucio, la nave Victoria y apoyó la sublevación independentista, alistando tropas en favor de las colonias españolas en América para acceder así a un mercado potencial que tenían vedado.




 Pedro Fernández Barbadillo (Bilbao, 1965) es periodista y escritor y colabora en medios digitales como Libertad digital y Actual. En Radio Ya presenta, junto con Javier García Isac, el programa Cita con la Historia.

 Su libro anterior, Eternamente Franco (3ª ed.), presenta episodios desconocidos sobre el régimen del general Franco, como la primera operación de la CIA en España y la relación con el Portugal de los claveles.

 También es autor de Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos, en el que desmonta con humor las debilidades y ridiculeces de los nacionalistas vascos. Este libro mereció una pregunta del PNV al Gobierno en el Congreso de los Diputados.




    Por alusiones recomendamos las entradas:

LOS PILARES DE CASTILLA EN LAS RAÍCES CELTAS DE LARA  

de Antonio Palacios Gonzalo


EN DEFENSA DE ESPAÑA Desmontando mitos y leyendas negras, de Stanley G. Payne




JUAN DE PALAFOX










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