martes, 2 de julio de 2024

ESTUDIANDO LA INTRAHISTORIA EN LA NOVELA NEGRA `AZUL MARINO´, DE ROSA RIBAS MOLINÉ

EN LOS CURSOS DE VERANO 

DE EL ESCORIAL 




       Hablar de Rosa Ribas es decir novela negra pero detrás hay mucho más porque los asuntos detectivescos se desarrollan en un momento histórico concreto como en El pintor de Flandes o en la posguerra española; abordar los asuntos personales de unos personajes psicotizados; recorrer los barrios marginales como el Chinatown barcelonés; ser adicta a una comida aunque sea al donuts o su original berlinesa, otros lo son al chupa chups, como Cornelia Weber-Tejedor de raíz germano española. Todo ello es un cóctel que define muy bien a la novela negra. Azul marino de Rosa Ribas, galardonada con el Premio Valencia Negra 2017,  ha sido la novela elegida para la ponencia que los cursos de Verano de la Universidad Complutense celebran en El Escorial abordando: "El futuro de la novela negra en nuestro país".


Azul marino, en polaco 


AZUL MARINO 

Barcelona, 1959. Mientras la Sexta Flota norteamericana permanece fondeada en el puerto, alterando la rutina de una ciudad en plena dictadura, un marinero estadounidense es asesinado en un antro del Barrio Chino en lo que a primera vista no parece más que una simple reyerta arrabalera.

    Pero una vez más, la indudable perspicacia e incansable curiosidad de la periodista Ana Martí serán fundamentales a la hora de esclarecer el suceso. Ya sea ejerciendo como intérprete del inspector Isidro Castro —viejo conocido con el que ya colaboró anteriormente— en su forzoso entendimiento con la Policía Militar de la Marina americana o bien desarrollando sus propias investigaciones para El Caso y Mujer Actual. Nuestra intrépida protagonista irá desenmarañando una historia plagada de medias verdades e intereses diversos: los de quienes buscan un culpable español y los de aquellos que preferirían que el asesino fuera un extranjero. Además, una serie de tramas interconectadas, que van desde la prostitución y el contrabando de los bajos fondos hasta la degradación moral de las altas esferas de la burguesía, vendrán a complicar las cosas aún más en este extraordinario fresco de una ciudad y un tiempo recreados con tal maestría que permanecerán para siempre en el imaginario de todos los lectores.


ROSA RIBAS MOLINÉ AUTOBIOGRAFIADA



    Rosa Ribas nos parece tímida pero escribiendo se suelta la melena para descubrirse como una persona muy sensible y estamos agradecidos de que nos abra su puerta.

    Nací en El Prat de Llobregat en 1963. Es una pequeña ciudad industrial que la mayoría conoce porque en su término municipal se encuentra el aeropuerto de Barcelona. La cercanía del aeropuerto, vivir a sólo una calle de las vías del tren con el ruido –y el olor– de fondo de una fábrica de papel, actualmente demolida, en lugar de llevarme a anhelar una vida de silencio y aire puro en algún lugar en el campo, me han hecho adicta a la ciudad y a un mínimo nivel de sonido sin el cual no me puedo concentrar. Por eso me gusta escribir en cafés. Eso sí, entre mis enemigos naturales se cuentan los mascadores de chicle, los sorbedores ruidosos de café y los que parecen no conocer la existencia de los pañuelos. Por lo visto, esto se llama misofonía.

     Gracias al afán experimentador de mis padres (otra explicación no hay), cambié de escuela con relativa frecuencia, lo que me permitió probar desde el pequeño colegio de pueblo a la escuela alternativa antiautoritaria haciendo una breve escala en una escuela de niñas ultrareligiosa con uniforme incluido. Si bien mi educación fue algo confusa, estos cambios constantes me enseñaron a adaptarme a nuevas situaciones con rapidez y también a hacer amigos duraderos.

    Durante los estudios de Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona, a pesar de mi metro sesenta y la mala vista, gané algún dinero como árbitro auxiliar de baloncesto. Después trabajé en la enseñanza. Entre otras materias, di clases de griego clásico; griego no sabía y sigo sin saberlo. De las otras cosas sí tenía idea. He trabajado como profesora de idiomas, lectora, empaquetadora de barritas de plastilina, escritora de cartas (de amor y desamor), traductora, no en este orden.

     Abandoné Barcelona justo un año antes de las Olimpiadas. Me marché a Alemania porque quería vivir en otro país, tener la experiencia, enriquecedora y nunca fácil, de ser extranjera y siempre me interesó la cultura alemana. Mi primer año en Alemania lo pasé en Berlín, después me trasladé a Frankfurt. En un principio sólo quería pasar un año en Alemania, pero al final fueron un par más, casi treinta. Treinta menos dos meses, porque en julio de 2021 me mudé a Barcelona.  Me gustó mucho vivir en Frankfurt, una ciudad hermosa y tranquila que, curiosamente, tiene la fama contraria.

     En Alemania me  dediqué muchos años a la enseñanza de la lengua. Fui lectora de español en el Instituto de Románicas de la Johann-Wolfgang-Goethe Universität de Fráncfort y profesora titular en la Universidad de Heilbronn. Si bien no me considero una entusiasta de los viajes, me doctoré con una tesis sobre viajeros, concretamente los viajeros alemanes que llegaron a América en los siglos XVI y XVII. En el año 2008 dejé mi actividad docente para dedicarme por completo a la escritura. Durante los años de actividad de investigación y docencia publiqué artículos y materiales didácticos como el manual para profesores ¿Cómo corregir errores y no equivocarse en el intento?, o las lecturas graduadas La clave está en el pasado y Las tres muertes del duque de la Ribera. Asimismo soy una de las autoras del manual de ELE Con gusto.

     Desde mediados de 2017 soy columnista habitual en la sección de Opinión de El Periódico. Podéis leer algunos de mis textos en mi blog.
 
    Aunque siempre he escrito y me ha gustado contar historias, empecé algo tarde a publicar. En enero de 2006 apareció mi primera obra, la novela histórica El pintor de Flandes, que ha sido reeditada en bolsillo.

 
    En octubre de 2007 con la novela policíaca Entre dos aguas empecé la serie protagonizada por la comisaria hispano-alemana Cornelia Weber-Tejedor. La segunda novela de la serie, Con anuncio, fue publicada en septiembre de 2009. La tercera entrega es En caída libre del año 2011. Con ella pasé del aeropuerto del Prat al de Fráncfort, que es el escenario y uno de los protagonistas de la novela. Parece que los aeropuertos me persiguen. La serie sufrió un parón con la desaparición de la editorial en la que había publicado la segunda y la tercera entregas. Afortunadamente, con la edición de Tres casos para la comisaria Cornelia Weber-Tejedor han sido recuperadas en un volumen conjunto que edita DeBolsillo. Y, tras cinco años de pausa, Cornelia Weber-Tejedor ha vuelto en su cuarto caso, Si no, lo matamos, en 2016. Las cuatro novelas han sido traducidas al alemán y editadas por Suhrkamp.

 
    2013 fue el año de Don de lenguas, que escribí a “cuatro manos” con Sabine Hofmann. Una novela negra ambientada en la oscura Barcelona de los años cincuenta, que ha sido traducida al italiano, inglés, francés, japonés, turco y polaco. No al alemán, ya que en esta lengua también la escribimos. Escribimos a cuatro manos y en dos idiomas. Con esta novela iniciamos una trilogía protagonizada por la joven periodista Ana Martí. La segunda,  El gran frío (2014) lleva a su protagonista, ahora periodista del popular semanario de sucesos El Caso, a un pequeño pueblo de Teruel para investigar un supuesto asunto de estigmatización, justo en el mes de febrero de 1956, cuando llegó a España el gran frío. Azul marino (2016) cierra la trilogía de los años cincuenta protagonizada por la periodista Ana Martí. Siempre me cuesta despedirme de los personajes que me gustan. Tal vez por eso escribo series. Pero, por otra parte, creo que es importante saber poner punto final y hacerlo antes de que lleguen el cansancio o, mucho peor, la rutina.

    En octubre de 2010 publiqué La detective miope. Con un nuevo personaje, la detective Irene Ricart, que no inicia una serie. Quien ha leído la novela sabe por qué. Ya sé que hay que quererlas a todas por igual, pero tengo que confesar que esta novela le tengo un especial afecto. La detective miope ha sido reeditada por DeBolsillo. 

    No todo es negro. Con Pensión Leonardo, editada por Siruela y ambientada en la Barcelona de los años 60, abandoné en 2015 el género negro durante más de trescientas páginas. De un modo similar a las idas y venidas de los huéspedes de la pensión que da título a la novela, entro y salgo del género regularmente. También en mi vida real, y aunque suene un poco paradójico, me he acostumbrado a los cambios.
    Entre junio y diciembre de 2012, el desaparecido portal digital Sigueleyendo publicó la novela por entregas Miss Fifty, con ilustraciones de Clàudia de Puig. Relata las aventuras de Marta Ferrer, una empleada de Hacienda de Barcelona de cincuenta y cuatro años, que durante su última sesión de radioterapia (acaba de superar un cáncer de mama), recibe un rayo «extraño» y descubre poco a poco que se ha convertido en una superheroína, Miss Fifty. En marzo de 2015 la editorial Reino de Cordelia editó Miss Fifty con nuevas ilustraciones de María Espejo. 
    En La luna en las minas (premiada con el Galardón Letras del Mediterráneo en su edición de 2017 en la modalidad de narrativa) retomo un tema que me ha interesado siempre, la emigración, conjugando la novela histórica con elementos fantásticos.

    En 2022 publiqué Lejos. Un escenario completamente diferente a los habituales: una urbanización a medio construir, perdida en medio de la nada, como tantas que dejó la burbuja inmobiliaria. Un lugar que me pareció el escenario perfecto para una historia de amor.

    En 2024 salieron a nadar los Peces abisales que lo que tenía que decir lo dejé escrito en sus páginas... 

    La autora pasea alegremente por las ferias su nueva criatura donde muestra las dificultades de la educación en la infancia, los miedos, las tradiciones locales, el don de lenguas que una filóloga maneja. Un trabajo de interpretación digno de maestros que educan con sus escritos de vida, tratados con el humor inteligente del que Rosa Ribas hace gala.


    Detectives Hernández llegaron a mi vida en 2019 con Un asunto demasiado familiar. Nueva editorial: Tusquets. Nuevos protagonistas: una familia de detectives, los Hernández, con su agencia en el barrio barcelonés de Sant Andreu. Dicen que es negra. Seguramente. No hay nada más negro que la familia.
Los Hernández aparecen por segunda vez dos años más tarde en Los buenos hijos. Más familia. Más negrura. Es inevitable. Saltemos ahora dos años más. En 2023 cierro la trilogía (de momento) con Nuestros muertos. 


    Hasta el momento, Rosa Ribas es autora de 18 novelas detectivescas que la consagran como una de las grandes autoras de novela negra y publica en las mejores colecciones de los sellos editoriales del género: tres casos de Ana Martí y cuatro casos de Cornelia Weber-Tejedor y a los que se suma la trilogía de los Hernández, donde una agencia que resuelve los casos a los demás resulta que tiene problemas para comunicar los secretos propios. Por cierto, la autora investiga para un nuevo caso de ellos.


   Los libros de Rosa Ribas han sido traducidos a otros idiomas como al alemán,, catalán e italiano La detective miope; al polaco los casos de la detective Ana Martí (Don de lenguas, El gran frío y Azul marino) y al alemán la tetralogía con los casos de Cornellia Weber-Tejedor, aunque en verdad fueron escritas en bilingue con su marido, (Entre dos aguas, Con anuncio, En caída libre y Si no, lo matamos).
Además, reúne una docena de relatos recopilados en antologías y obras especializadas en novela negra y detectivesca. Cinco de sus obras publicaciones se dedican a los idiomas como el aprendizaje mediante resolución de casos como los relatos de la detective Cos o Las tres muertes del duque de la Rivera. Y nos parece sumamente importante su contribución a la aportación lingüística de los alemanes en el "descubrimiento" de el "Nuevo Mundo", lo que ponemos entre comillados.


Ilustración de Popsport de Antonio de Felipe


  Nuestros detectives interrogan en el lugar del crimen donde regresa siempre el asesino. Los soberanos en la barra, mientras, en el servidor hay "Lea" y el periódico 1ª Marca 3-0 por la Eurocopa en Alemania; la ensaladera de Wimbledon para Alcaraz y las jornadas de novela negra de El Escorial, mientras, en las olimpiadas España arranca con cero medallas.


 
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