viernes, 24 de julio de 2020

EL LAZARILLO DE TORMES DE BARCARROTA, LA EDICIÓN DE MEDINA DEL CAMPO (1544)



Lázaro se ha puesto morado. Su mejilla muestra que ha recibido un duro golpe
    Una cuarta edición del clásico de la picaresca española permaneció emparedada, escondida durante cuatro siglos y medio, oculta ante la Inquisición que prohibió en su día la obra. La que eludiera el autor del Lazarillo con su anonimato y mediante la autocensura que se infringió en la propia creacción. 

 La obra narra en primera persona la vida de Lázaro quien sobrelleva una existencia miserable junto a sus amos entre los que se cuentan los mencionados clérigo e hidalgo, el ciego, el alguacil y el militar

 El cuarto tratado, o capítulo, es tan breve como media cara de una página, pues no podía proseguir el relato, de una lectura que parece entrecortada con insinuaciones de prostitución y pederastia por parte del clérigo, mediante un lenguaje insinuante y subliminal

 La narración deja entrever un relato crítico con las clases pudientes entregadas al goce, como los eclesiásticos, y una sociedad decadente donde se muestra al hidalgo ante un funeral que pasa por su calle y que muy bien pudiera ser el suyo cuando se engaña, aparentando lo que ya no es. 

                         


   El libro obtuvo un gran éxito popular, lo que prueba que fuera llevada a las imprentas en múltiples ediciones coetáneas a la que presentamos. 


 Lázaro revienta la despensa del ciego pareciéndole serpientes las ristras de chorizo y longaniza

     El lazarillo de Tormes de Barcarrota fue descubierto, en 1992, por un albañil mientras realizaba la reforma en un desván en dicha localidad extremeña. Esta nueva edición aporta, según el profesor Francisco Rico, indicios que confirman que el original del célebre clásico era una falsa carta dirigida por un tal Lázaro de Tormes al Arcipreste de San Salvador: 
"En ella se relata como si fuera real el idilio entre la mujer de Lázaro y el arcipreste, un juego de la época que no estaba destinado a la imprenta, pero que divirtió tanto que pronto empezó a copiarse".                         



   Con la de Barcarrota ya son cuatro primeras ediciones 
impresas en 1554 de La vida de Lazarillo de Tormes (las otras son la de Burgos, Amberes, Alcalá de Henares y la que abordamos, el 1 de marzo en Medina del Campo por los hermanos Mateo y Francisco del Canto. No es de extrañar que se publicara en la ciudad vallisoletana pues contaba con la feria más importante en la venta de libros de la corona castellana. La complutense incorpora añadidos mientras que ésta resulta más sencilla.

                 

   Rico destaca la confirmación del carácter no literario del manuscrito original:

 "Lo que nos aporta este Lazarillo es la certeza de que el original carecía de puntuación, y ése es un dato revelador, ya que quiere decir que el texto había circulado como manuscrito y no como libro. Todo indica que era una falsa carta, un juego difamatorio con el que el autor quería engañar a los lectores presentando una historia ficticia como verdadera. Los muchos arcaísmos que aparecen están puestos deliberadamente para dar credibilidad a lo que cuenta". 
           

   En el muro de Barcarrota, localidad fronteriza con Portugal donde se encontró este Lazarillo, perfectamente protegido por un lecho de paja, se hallaron una decena de volúmenes y un manuscrito. Textos muy dispares escritos en latín, griego y hebreo; cinco fueron impresos en Francia y tres en Italia, entre los que se cuenta uno de carácter erótico, y uno en portugués. Según las investigaciones de Fernando Serrano Mangas la casa perteneció al judeoconverso Francisco de Peñaranda que residía por aquel entonces en la villa, ejerciendo de médico
                       
   La Junta de Extremadura compró 
el lote de libros en 1995 por 16 millones de pesetas. 



    Presenta una edición enriquecida con el facsímil de la edición de Medina del Campo de 1554, aparecida como decimos en Barcarrota. Y en paralelo, la traducción actual, acompañada de un centenar de acuarelas de Javier Fernández de Molina.

  
   Las representaciones para la obra muestran una tendencia moderna con ilustraciones poco convencionales que no se limitan a mostrar los tópicos y, por ende, sacan a relucir la siniestralidad y la miseria con la sencillez de una simple puesta en escena o la depravación sexual encubierta que, entre renglones, también se deja intuir en el relato haciendo eco de la prostitución y el concubinato del clérigo.   


   El Lazarillo es el gran clásico de la literatura española con permiso del Quijote, siendo las dos road movies que nos muestran el paisaje social mesetario en pleno Imperialismo español. 





 
Portadas de las tres ediciones que se conocían hasta la aparición del de Medina del Campo
Recomendamos pinchar en los clásicos españoles ilustrados:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR APASIONARTE CON LOS LIBROS