HISTORIA DE LA BELLEZA A CARGO DE UMBERTO ECO

          ¿Qué es la belleza?, ¿cómo nació el concepto?, ¿cómo ha evolucionado a lo largo de los siglos? A estas y otras muchas preguntas responde Umberto Eco en un tono didáctico y ameno. Un testimonio de la evolución de la belleza a través de los siglos, acompañados de excelentes ilustraciones que dan luz a las palabras del autor. Un libro de formato especial y una bella joya para la contemplación y asombro de la mente.

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Editorial Lumen 2004. Tapa dura en tela editorial y sobrecubierta ilustrada.
17,5 x 24 cm. ISBN: 9788426414687 - 22,00€

«Una razón evidente de que muchos no tengan un sentimiento apropiado de la belleza es la falta de esa delicadeza de la imaginación necesaria para ser sensible a las emociones más sutiles. Cada cual pretende tener esa delicadeza, habla de ella y quisiera regular a partir de ella todo gusto o sentimiento.»      

                                                                             David Hume 




            Hasta cierto punto la belleza puede ser entendida como algo subjetivo y producto de un proceso cultural. Su esencia y sentido se aprecia precisamente desde la comparación. En el trabajo que nos ocupa nos dejaremos guiar por un maestro de la estética y estudioso del arte como fue Umberto Eco. 

              Resultan curiosas las tablas comparativas que Umberto Eco presenta sobre las distintas interpretaciones que las diversas culturas han realizado de las venus y los adonis; la iconografía religiosas de Cristo y la Virgen; las visiones de como han querido ser representados los regentes de la corona. Una variación en la interpretación de las proporciones de la belleza a lo largo de los tiempos, aplicando los cánones clásicos en la escultura y las proporciones áureas en la arquitectura. La representación humana se vio modificada con Vitrubio. 

Laocoonte. S.I a.C. Escultura  de cabeza pequeñas según los cánones griegos

Éxtasis de Santa Teresa de Bernini. Escultura renacentista.

            La ambición de las artes plásticas, como aprecia Eco, de ponerse al mismo nivel matemático que la música. En este sentido nos parece oportuno examinar un documento como el Album o Livre de portraiture de Villard de Honnecourt (siglo XIII); en el fondo las figuras están determinadas por coordenadas geométricas. 

Donde los estudios matemáticos alcanzan la máxima precisión es en la teoría y en la práctica renacentista de la perspectiva.

           La luz y el adorno como signos de ostentación. El difícil de conseguir tinte para la obtención del color púrpura se reservaba para las vestimentas de los popes eclesiásticos. Eco dedica otro capítulo a la belleza de lo monstruoso, prestando atención a la obra El jardín de las delicias de El Bosco. 

           «La muerte y la belleza son dos cosas profundas que tienen tanto de azul como de negro y parecen dos hermanas, terribles y fecundas, con un mismo enigma y similar misterio.»

Victor Hugo 

La muerte de Lara. Entre lo romántico y lo literario. Las visiones de Delacroix.

 «Lo bello es siempre extravagante. No quiero decir que sea voluntaria, fríamente extravagante, porque en tal caso sería un monstruo que desborda los raíles de la vida. Digo que tiene siempre un punto de sorpresa que lo convierte en algo especial.» 

Charles Baudelaire

           El autor de Apocalípticos e integrados también dedica sendos capítulos a los ingenios mecánicos, al arte abstracto y el estudio en los media de la comunicación, con el que finaliza la obra. Da cabida a la belleza del desnudo en los calendarios Pirelli que cuelgan en los talleres mecánicos o las cabinas de los camiones. El séptimo arte no podría olvidar a sus mitos de belleza con Rita Hayworth en Gilda, dAudrey Hepburn en Desayuno con diamantes y las distintas apariciones de Grace Kelly, entre otras divas.