domingo, 2 de abril de 2017

LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE CISNEROS




Edición bilingüe español-inglés - 25,00€



                        La Universidad de Alcalá de Henares fue concebida por Cisneros como un proyecto humanístico para la mejora en la preparación de las vocaciones escolásticas demandantes, a la vez, impulsora de una extensa producción editorial. El libro será el protagonista de la 3ª entrega, después de la biografía del Cardenal y la que nos ocupa. 







             Cisneros solilcitó al Vaticano autorización para fundar un colegio mayor. Inicialmente pretendió emplazar el proyecto en su Torrelaguna natal, donde los vecinos se opusieron alentados de que los estudiantes saquearían la producción de las viñas; posteriormente, barajó la localidad de Sigüenza en cuya diócesis estuvo destinado y de la que recogió el modelo de su colegio-escuela para, finalmente, declinar por Alcalá de Henares que contaba con unos Estudios Generales, de 1293, y pertenecía
Privilegio de fundación de Sancho IV, 1293
a los arzobispos de Toledo, quienes poseían un importante palacio de recreo. La capital toledana gozaba del prestigio de la que con el tiempo se conoce como "Escuela de traductores" de Alfonso X el Sabio pero carecía de una Universidad que se emplazaría en la antigua Complutum. El 13 de abril de 1499 Alejandro VI otorga
 Bula Inter caetera que autorizaba a Cisneros a que fundara un colegio con las facultades de Teología, Derecho Canónico y Artes. El Papa otorgó fuero académico mediante la Bula Militanti Ecclesiae, y los grados académicos con la Bula Etsi cunctos.

                       








           La fábrica fue levantándose por etapas. En un principio de adobe, aprovechando las arcillas del Henares, por lo que el rey Fernando manifestó: "estas tapias no han de alcanzar la eternidad a que su fundador aspira", a lo que Cisneros replicó: “otros harán en piedra lo que he hecho en barro”, como puede leerse en el patio de Santo Tomás: EN LUTEAM OLIM CELEBRA A MARMOREAM, “antes de barro, ahora de mármol”. La fachada plateresca que conocemos es obra de Rodrigo Gil de Ontañón en piedra berroqueña a mediados del siglo XVI. 
  





Desplegable de la guía (abajo), con la descripción iconográfica de la fachada universitaria 


           Pedro Gumiel fue el arquitecto del edificio del Colegio de San Ildefonso y de todo un complejo inmobiliario de colegios menores, pupilajes, finca de recreo, biblioteca, a estas se añadió el Hospital de San Lucas y San Nicolás. Cisneros determinó un cupo reservado a la asistencia de estudiantes pobres para que nadie "por causa de pobreza" se le negase el acceso a la Universidad algo que con posterioridad sería indispensable poseer haberes. En 1508 se inauguraba el primer curso en el Colegio de San Ildefonso.





Constituciones de San Ildefonso. 56,00€

    En 1510 fueron redactadas las primeras Constituciones del Colegio Mayor de San Ildefonso. El proyecto de ciudad del Saber de Cisneros se ve amparado por el resto de órdenes religiosas que instauran en la ciudad de Dios dieciocho colegios mayores y menores, doce iglesias, ocho monasterios, cuatro hospitales y un elevado número de obras de caridad y beneficencia.

          En 1513 el Cardenal creaba los Colegios Menores de San Pedro y San Pablo; el de la Madre de Dios, más conocido como Colegio de Teólogos; el de Santa Catalina, llamado de los Artistas y también de los Físicos; el de Santa Balbina, denominado de los Lógicos; el de San Eugenio, conocido por de los Gramáticos; y el de San Isidoro, gemelo y ampliación del anterior con el que acabaría fundiéndose en 1649, constituyendo el denominado Colegio Menor de San Ambrosio.



Exposición conmemorativa del VII centenario
Brocar, Ayuntamiento de Alcalá de Henares - 24,00€



          La importancia de Cisneros dio nombre al estilo arquitectónico llevado a cabo en Toledo y Alcalá de Henares durante su regencia, con obras de la antesala capitular de la catedral de Toledo y la capilla y el paraninfo de la Universidad Complutense. La decoración se basa en la combinación de los temas geométricos de origen mudéjar con motivos renacentistas, trabajando en yeso, en bajorrelieve y con una tonalidad típicamente arábiga. Se perfecciona con elementos ornamentales como los baldosines y las maderas labradas en los artesonados.  





           La universidad contaba con su propia cárcel pues los estudiantes y sus familias se veían regidos por la justicia propia, tanto en la ciudad como fuera de ella. En Alcalá los estudiantes arrebataron al verdugo el delincuente cuando iba a ser ajusticiado en la horca, bajo el pretexto de que era cuaresma, y lo llevaron "a sagrado". Cisneros tomó el hecho por una acción juvenil. (Grandeza y decadencia de la Universidad Complutense, Joaquín de Entrambaguas, p.66). 








           Francisco de Quevedo, alumno aventajado, describe en Vida del Buscón don Pablos cómo se las gastaban los universitarios en la ejecución de novatadas y los desmanes no se quedan ahí, la rivalidad regional afloraba en las celebraciones de vítores por los aprobados, festejos que llegaron a prohibirse en 1632 por violencia callejera con disparos por armas de fuego en la plaza del Palacio Arzobispal. Estudiantes que no se matriculaban en Alcalá para aplicarse en los estudios sino a batirse en duelo con capa y espada como alatristes espadachines, disputándose el honor ante la ofensa de un escupitajo y llegar a asesinar al vicerrector de un cuchillada por haber sido castigados sin cena. Los enfrentamientos, reyertas y disputas fueron habituales con los vecinos del municipio como en el hurto de un centenar de aves para revenderlas a bajo precio (La Universidad de Alcalá en el siglo XVII, José González Prieto).





           La relación entre la Universidad y el Ayuntamiento se ha caracterizado por una fuerte tensión ante la rivalidad de poder y el enfrentamiento dentro de la convivencia necesaria entre las dos partes. 



Una güía completa no superada  
  
         Uno de los libros más completos es del Ayuntamiento Complutense que recupera y localiza en el plano todos los colegios y conventos de la localidad. Los guías turísticos de la localidad detallan de forma amena la historia con la que tantas veces han sorprendido a los visitantes creándoles curiosidad por la historia local. 

         "El cardenal consiguió la exención de impuestos reales para la que iba a ser su ciudad universitaria de Alcalá.
También es importante señalar el otorgamiento del Fuero Nuevo (1509), conjunto de reyes por las que se regirá el Concejo y que derogarán las medievales del arzobispo Jiménez de Rada. Cisneros como administrador del arzobispado, prestó dinero al Concejo para la reforma urbana, empedrando y ensanchando calles, favoreciendo obras de alcantarillado y desecando zonas húmedas del interior de las murallas". (Alcalá de Henares. Guía histórico artística p.72). 


Antonio de Nebrija imparte Gramática en presencia de Juan Zúñiga



           El Discurso apologético por la nobleza de Alcalá, de 1646, se hace eco de las quejas de los vecinos, disconformes con los elevados precios que adquirían los productos de primera necesidad por causa de la universidad, algo que no sucedía en otras ciudades universitarias según hemos cotejado en Salamanca donde, por el contrario, se adaptaban al poder adquisitivo de los estudiantes con recursos limitados.



                                               
          
        Algo que no todos conocen es que la Universidad Complutense de Alcalá fue trasladada a Madrid en 1836. La desamortización de los edificios dejó en suerte a los que quedaron en manos del Ejército en contra de las actuaciones oportunistas como las del duque Javier de Quinto que expolió rejas y demolió el Arco de Pedro Gumiel, desde donde las autoridades universitarias veían los actos públicos que se celebraban en la plaza del Mercado, actual plaza de Cervantes, y proyectó construir una fábrica de gusanos de seda en el primer patio de la Universidad. En 1850, la agrupación de los vecinos Sociedad de Condueños adquirió los edificios de la gran manzana y, gracias a su actuación, pudieran ser retornados a la Universidad para que en 1977 resurgiera la Universidad Renacentista con el espíritu que se ideó. 



            El mayor reconocimiento a la obra de Cisneros ha sido considerarla Patrimonio de la Humanidad bajo el epígrafe Alcalá de Henares y recinto histórico, primer modelo de ciudad universitaria de la Edad Moderna.

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